ENTREVISTA

Noa: "Para cantar 'baby, te quiero', prefiero callarme"

La cantante israelí presenta en Barts su disco 'Letters to Bach', producido por Quincy Jones y donde pone letra y voz a piezas del compositor alemán

La cantante israelí Noa

La cantante israelí Noa / periodico

Jordi Bianciotto

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Achinoam Nini, más conocida como Noa, se ha metido en el delicado jardín de poner textos a composiciones de Johann Sebastian Bach con el apoyo esencial de la guitarra de su compañero de siempre, Gil Dor. ‘Letters to Bach’ ocupará una parte del recital de este domingo en Barts (21.00 horas, festival Guitar BCN).

¿Qué le ha acercado a un compositor apartado del imaginario de la música popular como es Bach?

Era un gran reto, porque se han acercado a él los más grandes. Pero para abordarlo debía encontrar un elemento innovador, y lo hallé primero en la idea de escribir letras, algo muy poco común en ese repertorio. Todas son nuevas excepto dos, ‘A pair ‘ y ‘Ave Maria’. Son piezas que se compusieron para el piano, la flauta, las cuerdas..., no para ser cantadas. Ahí hay otra innovación. Además, las canto con una técnica que no es clásica, y con todo ello doy a Bach algo que nadie le había dado antes.

El tratamiento es minimalista: voz y guitarra.

Con algo de violoncello en alguna canción, pero, sí, lo es. Incluso los coros proceden de la guitarra y suenan asombrosos. No tenía sentido tocar a Bach como se ha hecho siempre. En todos mis discos hay una línea roja: me interesa seguir adelante solo si puedo decir algo. Para cantar ‘baby, te quiero’ prefiero quedarme callada.

‘Look at me’ habla de fronteras y de muros. ¿Alusión a Israel?

Puede asociarse a cualquier conflicto en cualquier lugar. Hay dos tipos de muros: los que construimos para protegernos y lo que se hacen para no ver al otro, como los ricos de algunas ciudades de Brasil que no quieren ver las favelas. Esos son los muros que me gustaría poder derribar. Cuando no ves al otro es más fácil deshumanizarlo. Este es el origen de mi activismo, porque creo en la humanidad y no quiero dar la espalda a nadie, y protegernos no debe ser la excusa para no ver.

En ‘All the angels’ habla de otro asunto delicado, la eutanasia.

Es quizá la canción más profunda. La escribí después de un encuentro con una mujer que estaba muy enferma y que había decidido terminar con su vida en un hospital de Suiza. Fue muy intenso y me causó una honda impresión: era una persona muy positiva, no dejaba de sonreír, estaba en paz consigo misma. Me hizo pensar mucho en nuestra concepción de la vida y la muerte. La eutanasia es un asunto que siempre me ha intrigado. Les dije a mis hijos que si algún día me pasa algo pongan esta canción en mi funeral.

En el disco hay trascendencia, pero también buen humor. Incluso se la oye reír.

Sí, hay humor, nunca he hecho un disco asociado a un único estado de ánimo. La vida está conectada con todo.

El productor ejecutivo del álbum es nada menos que Quincy Jones. ¿Qué aportó?

Es amigo nuestro, de Gil Dor y mío, desde hace años. Adora igualmente a Bach y poner letra y voz a sus músicas le pareció fascinante, de modo que fue él quién se ofreció a hacerlo. Nos dio ideas. Él tiene una formación clásica.

¿Este es un repertorio para interpretar integramente en los conciertos?

No, llevamos tiempo integrando canciones y fundiéndolas con el resto del repertorio. Generalmente ocupan una parcela del centro del conceirto.

En su web están los textos traducidos a cuatro idiomas, dos de los cuales son el castellano y el catalán, lo cual nos recuerda que tiene conexiones fuertes con España y con Catalunya.

Es verdad, hay una relación única. Es el lugar con el que tengo un vínculo más fuerte junto con Italia. Ya de adolescente descubrí la música de Serrat a través del disco en hebreo de David Broza (‘La mujer que yo quiero’, 1983). Ha sido increíble poder trabajar con gigantes como él o Sabina, Jorge Drexler, Miguel Poveda, Carlos Núñez...

Algunos de ellos han actuado en Israel pese a las llamadas al boicot del movimiento BDS, que ahora tienen en el punto de mira al Festival de Eurovisión, programado para el mes que viene en Tel Aviv.

Respecto a esto seré simple. Creo en la paz, y todo aquel que trabaje por ella será bienvenido. Si el BDS incluye en su boicot a los activistas pacifistas, gente como yo misma, y comporta silenciarnos, es contraproducente. Quizá es que hay otras motivaciones detrás: perjudicar a Israel, que es mi país, y eso no lo puedo compartir. Yo puedo ser crítica con el gobierno de mi país, pero el gobierno no es el país. Es como España con Franco: España era España, y Franco era una parte oscura de su historia. ¿Trata el BDS de contribuir a salir de la oscuridad y de ayudar a los palestinos en su trágica situación? No lo creo.