ENTREVISTA

Daniel Clowes: "Me preocupa vivir en una crisis constante con Trump"

El autor de 'Ghost World' y 'Wilson' confiesa que le aterra el futuro y alerta de la incomunicación provocada por las redes sociales

Daniel Clowes, este viernes en el Cómic Barcelona.

Daniel Clowes, este viernes en el Cómic Barcelona. / periodico

Anna Abella

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“¡Es una imagen horrible! ¡Es el presidente de la muerte! ¡Ahora tendré que escribir una secuela!”, exclama Daniel Clowes (Chicago, 1961) al imaginarse a Donald Trump como el joven protagonista de ‘El rayo mortal’, al que su padre científico ha legado un arma capaz de desintegrar a cualquiera sin dejar rastro. El dibujante estadounidense, estrella del Cómic Barcelona, es uno de los referentes de la historieta independiente desde finales de los 80, con obras como ‘Ghost World’ (sobre la relación entre dos adolescentes) o ‘Wilson’ (protagonizada por un tipo odioso, repelente, egoísta, vago y engreído), ambas llevadas al cine, la primera con una jovencísima Scarlett Johansson y la segunda encarnada por Woody Harrelson. 

Todos sus personajes son gente normal con problemas para encajar en la sociedad, fracasados, perdedores, acomplejados o alienados, afilado reflejo no solo de sus conciudadanos. “Mi obra siempre trata de cosas que me dan vueltas por la cabeza. Y todos mis miedos, mis preocupaciones, todo lo que me interesa, acaba por reflejarse en ella –constata-. Y hoy, me preocupa el hecho de vivir cada día en una crisis constante bajo la presidencia de Trump, una crisis que afecta al país, que me afecta como parte de la raza humana. Me resulta difícil de entender que lo que para mí son hechos objetivos para la mitad de la población de mi país son mentiras. Esas son las cosas en las que pienso a diario”. 

“Mis personajes se sienten mal consigo mismos, no tienen nada en lo que creer y son más conscientes de lo que ocurre en el mundo que los votantes de Trump. En cambio, ese porcentaje de población que le vota está satisfecho porque en él han encontrado algo en lo que creer”, compara Clowes, cuyas obras en España vienen publicando La Cúpula, Fulgencio Pimentel y Reservoir Books.    

"Nos va bien con las guerras y la destrucción pero no somos capaces de canalizar esa energía hacia la ciencia o la cooperación"

En ‘Paciencia’, ‘thriller’ de ciencia ficción ‘pulp’, el protagonista halla a su mujer asesinada y muchos años después viaja al pasado para vengarse del culpable. «Quise darle voz también a ella, la única de quien te puedes fiar, para demostrar por qué él se convierte en un monstruo al perderla». Aquí, Clowes abría un hueco a la esperanza con una historia de amor eterno, influenciado por el hecho de haber conocido a su esposa y tenido un hijo, admite. “Es lo que me ha dado sensación de poder trascender, que es lo que buscan muchos de mis personajes. Desde que H.G. Wells inventó la máquina del tiempo, todos hemos fantaseado con utilizarla. Pero he leído suficientes libros de historia como para saber que me asustaría ir al pasado. No me parece nada seguro y sí muy desconocido”. ¿Y al futuro, que también es desconocido y no augura nada bueno? “Uff, no. Me aterra el futuro”, confiesa el autor de ‘Ice Haven y ‘David Boring’.    

Sin embargo, añade, no teme a la muerte. “De niño me aterraba, no tanto la mía como la de mi familia. Pasaba noches en vela preocupado por si se morían. Pero después de haber sufrido una operación a corazón abierto y de haber perdido a muchos de mis íntimos acepto mejor la idea de la muerte. Pero la gente sí la teme. Forma parte de la naturaleza humana alejarse de lo que le da miedo”.  Y pone un ejemplo: negar el cambio climático. “No es que no acepten los datos científicos sino que temen lo que esos datos les están diciendo. Prefieren vivir en un mundo de fantasía y no aceptar la realidad”, lamenta.

Clowes, que trabaja en otra obra larga de la que prefiere no revelar nada, no tiene demasiada confianza en la humanidad para responder a ese tipo de situaciones. “No estamos preparados. Nos va bien todo lo que tiene que ver con las guerras, la agresión, la destrucción pero no somos capaces de canalizar esa energía hacia la ciencia, la cooperación…”. 

La soledad de sus personajes y sus problemas para relacionarse y comunicarse son una constante en sus cómics. “No estoy en las redes sociales. Me parecen una verdadera pesadilla. Si recibo cinco correos necesito tiempo para sentarme, leerlos, contestar, y no puedo trabajar. Tener que responder constantemente a este tipo de estímulos es una pesadilla –opina-. Aunque antes pasaba horas hablando con mis amigos por teléfono y tenía una conexión personal y eso ya no ocurre. Ahora estoy mucho más aislado, excepto con la gente que vive cerca de mí. Estamos volviendo a los tiempos de antes de la invención del teléfono: nos escribimos cartas y hablamos con la gente de nuestro barrio. Es una fase horrible de involución humana que nos llevará a algún tipo de crisis. Estoy convencido”.