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Una exposición recuerda al dibujante de cómics Enric Sió en su Badalona natal

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Eduardo de Vicente

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Enric Sió fue un artista multidisciplinar, experimentador y avanzado a su época que se dedicó al mundo del cómic, la ilustración y la publicidad con sorprendentes resultados. Los aficionados al género recordarán sus memorables historias de Aghardi y Mara, pero su nombre también salió a la palestra por una anécdota que fue muy popular. Corría 1992 y, en pleno Barça-Madrid, una chica se desnudó en las gradas. La fotografía se hizo (como se diría ahora) viral y los medios de comunicación se encargaron de divulgarla. Sió fue el responsable.

Veinte años después de su fallecimiento, la Universitat de Barcelona y el Ajuntament de Badalona, le han rendido tributo con una completa exposición que puede verse en Badalona, su ciudad natal, y que repasa con detalle toda su vida y su obra mediante un gran número de ejemplares originales. Si el cómic ocupa el lugar privilegiado que ahora ostenta en el mundo del arte es, en gran parte, al esfuerzo de creadores como él, que lucharon por ponerlo a la misma altura que el cine o la literatura. Bienvenidos a su apasionante mundo.

La influencia del pop y la psicodelia

La exposición ocupa todas las paredes de una gran sala del Centre El Carme mientras que en las columnas centrales se reproducen páginas de sus trabajos. Un esquema nos introduce en un resumen cronológico de su vida desde su nacimiento en 1942 para pasar luego al primer apartado: Començant a dibuixar, començant a experimentar. En el mismo se nos explican sus inicios en la añorada Editorial Bruguera, aunque su obra se caracterizaría no por el humor sino por el dibujo más realista. También estuvo en Cavall Fort y en la Salvat con unos dibujos con trazos muy pop y se dejó llevar por las nuevas influencias estéticas y psicodélicas. Y diseñó la colección que dio a conocer a Charlie Brown en catalán. Sus principales obras de esa época fueron Nus y el atleta El país de Sorang, con las que probó soluciones visuales y narrativas muy revolucionarias.

El siguiente bloque se centra en la Gauche Divine barcelonesa de los años 60 y 70. Su relación con su musa, la cantante Guillermina Motta, a la que dibujó en múltiples ocasiones, y los otros artistas que se reunían en la discoteca Bocaccio. Anna Maria Moix lo definió como “un joven dibujante inquieto, muy progre, vanguardista, simpático y agresivo a la vez, alocado y con ojos tristes, tierno y colérico". De esa época pueden verse algunos ejemplos de la revista Bocaccio, que pretendía ser una adaptación casera de Playboy, una publicación mensual y, si nos fijamos en los detalles podremos encontrar en sus viñetas a personajes como el escritor Terenci Moix.

Sus provechosos años en Italia

A continuación descubriremos sus grandes obras: Aghardi yAghardi  Mara. Cuenta su estancia en Italia donde se decantó por el blanco y negro y también experimentó con el proceso de calcar fotografías para luego modificarlas como hizo en la portada del disco Visca l’amor, de Guillermina Motta. Aghardi era un cómic futurista para adultos donde unos investigadores recorrían antiguas civilizaciones para hallar rastros de extraterrestres. Este periodo también se caracterizó por las chicas con poca ropa como símbolo de libertad y belleza. Mara fue una serie de 15 historietas muy personal donde hablaba de una familia durante el franquismo. Fue definida por el cineasta Carlos Saura como “la plasmación de algo soñado, en donde un erotismo sadomasoquista campa respetuosamente sobre el limpio diseño y las tenebrosas oscuridades”. También podemos descubrir sus autorretratos en Minins donde dialogaba con el Enric Sió niño.

El cuarto bloque está dedicado a su etapa de búsqueda de libertad creativa en Milán donde conoció a los maestros del cómic como Guido Crepax, Sergio Toppi o Oski. Allí se encargó de las ilustraciones del libro Autodafe, sobre la intolerancia desde la Inquisición hasta los años 70, pero también dibujó las aventuras en la India de Lord Shark, la adolescencia del conquistador Casanova o al aventurero El hombre de las pirámides, cuyo rostro estaba inspirado en Robert Redford. Igualmente podemos ver un documental compuesto por entrevistas a quienes lo conocieron.

De Francia a Catalunya

Su estancia en París en 1977 se concreta en la serie El descubrimiento del mundo, sobre grandes viajeros y descubridores como Marco Polo, así como la Historia de Francia en cómic. Ambas destacan por sus trazos muy realistas. Se estableció en el enclave de los artistas en la capital, en el barrio latino y colaboró en prestigiosas revistas como Pilote o Charlie Hebdo. Pero tras tantos años dando vueltas por el mundo, la nostalgia le podía y en 1979 decidió regresar a Catalunya.

Ya de vuelta a casa destacó con 40 en 80, retrato autobiográfico de los cuarentones en los años 80 y participó en un espacio pionero, Visual, en TVE (1982) de divulgación del cómic. Pero, cansado de la degradación que estaba sufriendo el género, en 1984 decidió abandonarlo y reorientar su carrera. Hizo ilustraciones para diarios como El Periódico de Catalunya y El País y el libro Barcelona, Guapa! Consistía en una colección de fotos de una modelo desnuda en diferentes lugares de la ciudad y en medio de la gente. De ahí, la célebre aparición de una chica sin ropa en el Camp Nou. En una vitrina podemos ver el juego que creó, La batalla de Vitoria, los materiales de sus pinturas. También hay espacio para sus caricaturas de Pinochet, Franco, Camen Polo o Juan Carlos I, ya que le preocupaba profundamente la continuidad del fascismo. ¡Si nos viera ahora!

Otros detalles de la exposición

En una pantalla se proyecta una entrevista televisiva de Enric Sió con Àngel Casas y en la pared contigua, los artistas Rubén Pellejero y Toni Benages le hacen su particular homenaje mientras podemos contemplar recortes de diarios con noticias y conversaciones con el autor. También hay unas reproducciones gigantes de sus personajes para que nos hagamos una foto con ellos.

En el centro de la sala se encuentran unos plafones que muestran su lucha contra la censura. Era un personaje incómodo por su exceso de erotismo y terror. Allí vemos escenas lésbicas de Aghardi, imágenes de Lavinia 2016 (1968), sátira de la vida cultural catalana con guion de Emili Teixidor, ejemplares de Oriflama (1968), revista progre para jóvenes o una ¡fotonovela! Igualmente hay  una caricatura de Jordi Pujol, pero también de personajes catalanes de la época como Serrat, Maria Aurelia Capmany, Pedrolo, Raimon, Rodoreda, Espinàs o internacionales, Paul McCartney y el Che Guevara. Para finalizar la visita podemos sentarnos para echar un vistazo a algunos de sus cómics como Aghardi, Los profanadores de tumbas o el libro Barcelona guapa. Un recorrido por la vida de un artista inolvidable al que vale la pena recordar.