28 escritoras insólitas

¿Cuántos lectores de literatura fantástica, de ciencia ficción o terror situarían a clásicas como la argentina Angélica Gorodischer (Buenos Aires, 1928) o las españolas Elia Barceló (1957) o Pilar Pedraza (1951) en el canon del género? ¿Cuántos incluirían en este a autoras aceptadas en el ‘mainstream’ literario como Cristina Fernández Cubas, Ana María Shua o Cristina Peri Rossi? ¿Quién situaría en el mapa a Daína Chaviano (Cuba) o Anacristina Rossi (Costa Rica)? Una antología de relatos, ‘Insólitas. Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España’ (Páginas de Espuma), reúne a 28 escritoras en activo demasiado a menudo ignorados por una triple relegación. La de los géneros no realistas, la de la producción en lenguas no inglesa dentro de este ámbito y la de las mujeres en un territorio que hace tiempo que hace tiempo que ha dejado de ser propiedad del varón blanco y anglosajón (aunque, sin discusión, lo fue).

“Los géneros no miméticos, no realistas, siempre han estado en los márgenes del sistema literario, y dentro de esos márgenes la literatura escrita por mujeres se encontraba en los márgenes de estos géneros. A cualquiera que le preguntemos cuántas escritoras de ciencia ficción latinoamericanas, españolas o catalanas conocen, a ver cuántos nombres nos dan”, apunta Teresa López-Pellisa, profesora de literatura de la Universitat de les Illes Balears y miembro del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico de la UAB, responsable de la antología <strong>que se presenta este jueves en la librería Gigamesh</strong> junto con el escritor y crítico <strong>Ricard Ruiz Garzón.</strong>

“La prueba de que esta antología, y otras que trabajan por normalizar la presencia de autoras que han sido minorizadas e invisibilizadas, son aún necesarias, es que hasta los máximos especialistas en el género te reconocen que han leído a cinco o seis de las 28”,  lamenta Ruiz Garzón.  

Realidades diversas

Entre las antologadas hay 10 autoras españolas y 18 latinoamericanas (con un esfuerzo para cubrir todo el continente y contener la presencia de las procedentes de focos con tanta vitalidad como el argentino). A un lado y otro del océano estas escritoras se han encontrado con circunstancias muy distintas. “En América Latina la tradición está mucho más arraigada en los géneros no realistas, al menos  en países como Argentina, o México, y entró mucho más pronto en el canon, mientras en los años 30, 40, 50, la narrativa española era preeminentemente realista, la literatura fantástica o de ciencia ficción no entraba en el canon literario”, señala López-Pellisa. Aunque, apunta una de las antologadas, Sofía Rhei, en Colombia, campo fértil del realismo mágico, la literatura de género fantástico está en cambio ausente en las lecturas escolares y es minoritaria y “no tiene ni sección en las librerías”.

En España, dice Ruiz Garzón, se está viviendo una doble normalización, del género y de la presencia de la mujer en él: “Está habiendo una irrupción de autoras [la antología recoge, de la última hornada, a Sofía Rhei, Laura Fernández, o la argentina Mariana Enríquez], investigadoras y lectoras, y hay una generación que consume series y videojuegos, que en el 80-90% tienen fantástico, y lo vive sin prejuicios”. “Asistimos a una naturalización de estas narrativas. El gran público ha consumido ‘La carretera’, ‘Black Mirror’ o ‘El cuento de la criada’ fuera de la marca o etiqueta de género”, coincide López-Pellisa. “Y la literatura infantil y juvenil ha preparado el terreno para que unas nuevas generaciones estén más abiertas”, añade Rhei.      

Lo insólito

La antología se acoge a un concepto, el de lo ‘insólito’, para agrupar bajo este paraguas distintas definiciones de géneros y subgéneros en los que los dos antólogos no acaban de estar de acuerdo: lo maravilloso, la fantasía, la ciencia ficción, el terror sobrenatural...  “El concepto de lo insólito se maneja para abarcar todo lo que son los géneros no realistas, todas las variedades de la narrativa no mimética”, detalla López-Pellisa. “Lo interesante de esta antología es que incluye a autoras de todas estas categorías, o autoras que las utilizan indistintamente”, añade.

En la selección de los relatos los antólogos (prefieren utilizar el femenino genérico y calificarse como “antólogas”) se han inclinado por evitar los más conocidos de cada autor y, con la excepción de algunos como ‘Wekids’ de Laura Gallego o ‘Loca’ de Elia Barceló, seleccionar textos breves. Pero el criterio definitivo, sostiene Ruiz Garzón, ha sido elegir “28 cuentos muy buenos, y punto”.