'Akelarre', conjuro feminista en el Maldà

Las reuniones de brujas para invocar a Lucifer en la Edad Media se denominan aquelarres, aunque nunca se pudo demostrar que fueran cierto. La libertad femenina ha estado coartada por la sociedad patriarcal durante siglos, y todavía hoy, como exponen The Feliuettes con humor en ‘Akelarre’, una obra de cabaret contemporáneo. Su ‘Akelarre’ teatral pretende conjurar todas las ideas preconcebidas sobre la mujer a través de 'sketches' que abordan temas como la regla, los estereotipos Disney y lo pesado que es estar teniendo que defender siempre el territorio femenino ganado a base de mucho esfuerzo y lucha.

Interpretado por un sólido trio –Laia Alsina, Maria Cirici, Laura Pau- con su fiel Gerard Sesé al piano, la propuesta intenta reírse de cómo somos y de lo que nos rodea con un explosivo cóctel de músicas y temas diversos. Todo ello salpicado con mucha sátira y enorme desparpajo, con un punto de provocación. El Maldà acoge este miércoles el estreno. 

La actriz y directora Míriam Escurriola, que ya dirigió el exitoso ‘Limbo’ con Les Impuxibles, vuelve a ponerse fuera de foco para tejer una puesta en escena creada tanto con textos propios de la compañía como piezas encargados a autores como Clàudia Cedó, Cristina Clemente, Xavi Morató y Mireia Giró y canciones creadas por Clara Peya, Arnau Tordera, Ariadna Cabiró y Gerard Sesé. 

Mujeres al poder

“Todo lo relacionado con la mujer interesa, de ahí la cantidad de gente que, cuando se lo propusimos, quiso colaborar con el montaje”, explica Míriam Escurriola, directora de ‘Akelarre’.  El tono del espectáculo va cambiando según el número. “Nos burlamos de las contradicciones en las que vivimos”, comentan las intérpretes de Les Feliuettes ('Barbes de balena'). Y ponen un ejemplo: "Muchas amigas nuestras con nivel de estudios y situación laboral que sus parejas siguen asumiendo más trabajo en casa que ellos ¿Por qué?". 

No aspiran a cambiar el mundo con 'Akelarre', pero al menos sí esperan remover algo las conciencias de los espectadores con una propuesta divertida y fresca. Entre los temas que se abordan aparece desde el daño que han hecho las películas Disney durante generaciones hasta lo que supone convivir con una vagina que sangra cada mes. El número dedicado a la regla se adentra en el tema con tres objetos que saben bien de lo que hablan: una compresa, un tampón y una copa menstrual. Cada cual intenta seducir al órgano femenino. “No pretendemos denunciar nada, simplemente hablar de temas que a menudo surgen en nuestras conversaciones y que tienen que ver con las cosas que nos ocurren por ser mujer”.  

Sin apenas escenografía pero con un simbólico telón rojo como la sangre que da mucho juego, las actrices interpretan diferentes números ataviadas con ropa interior algo antigua, como guiño a de otros tiempos. "Queremos revivir ese espíritu cabaretero con un punto picante, irreverente, transgresor. Reivindicar la libertad sexual y política, hablar sin tapujos de nuestras cosas", explica el equipo. No tienen intención alguna de aleccionar o moralizar. "Poder reírnos de cómo somos es sano". Y en ese repaso a temas candentes dedican un número a la influencia del porno en las relaciones. "Hay cosas que no nos hacen ni pizca de gracia pero hemos optado por desdramatizar. Evitamos el código realista para poder profundizar en diferentes aspectos de la feminidad a través de la sátira, sin posicionarnos".