ENTREVISTA
Pablo Derqui: "No es una obra correcta ni complaciente, te molesta"
El actor protagoniza un duelo teatral con Laia Marull en 'La dansa de la venjaça', un drama amoroso de Jordi Casanovas, en La Villarroel
Marta Cervera
Periodista
Marta Cervera
Pese a ser cada vez más requerido en el cine y la televisión, Pablo Derqui ('Calígula', 'Si no t'hagués conegut') está siempre muy atento a las ofertas para hacer teatro. No quiere abandonar ese contacto con el espectador, tan directo y verdadero, y más cuando se trata de estrenar un contundente texto de Jordi Casanovas: 'La dansa de la venjança' que se estrena en La Villarroel este lunes.
-¿Qué le interesó de esta nueva obra?
-Que era un texto de Jordi Casanovas, dramaturgo al que admiro. Su forma de escribir es brillante y el texto, nuevo. Eso es siempre muy apetecible para un actor, enfrentarte a algo que nunca se ha hecho. Me interesó porque plantea una batalla dialéctica de dos personajes en tiempo real, en un presente continuo jugando con una actriz. Y todo ello con Laia, que es un plus, y Pere Riera como director, otro gusto.
-Defina su personaje.
-Es un editor de éxito hecho a sí mismo. Tiene su propia empresa, gana dinero y le va muy bien. Tiene el don de la palabra y una opinión para todo, se ha creado un personaje social que funciona muy bien. A diferencia de ella, que es más emocional, él es más retórico. Detrás, quizás se esconde otro tipo de persona con maneras de ser menos correctas.
-¿El mayor reto?
-Sostener el vaivén que plantea la obra, un artefacto teatral muy preciso. Todo está calculado para hacer dudar al espectador-juez que asiste a esta gran bronca de pareja. A veces se decantará por uno, otras, por el otro. Hay cosas que van cambiando y pormenorizar esas variaciones no es fácil.
-¿Cómo ha sido el reencuentro con Laia Marull?
-Fácil. Es alguien con quien me siento muy a gusto, como si fuera familia. Laia es una actriz muy generosa. Tiene inculcado eso de que actuar es jugar. Le gusta lanzarse y arriesgarse, algo muy goloso y divertido que hace que todo sea muy de verdad.
-Se están divirtiendo con ese cara a cara.
-Sí pero ello no quita que haya sido complicado, sobre todo el calibrar las intensidades. Como actor yo soy más enérgico, más colérico. He tenido que reprimir ciertas cosas para no oscurecer al personaje. Hay que sorprender al espectador. Primero hacerle pensar una cosa y después otra.
-¿Qué tal con Pere Riera, el director?
-Es muy meticuloso trabajando. Da notas muy precisas, casi como si fuera un cirujano. Además, le gusta acercarse a los actores. Nos observa y nos acompaña mucho. Es alguien muy respetuoso. Nunca había trabajado con él y es un placer. ¡Repetiría seguro! Estamos muy ansiosos por saber cómo responderá el público.
-¿Cómo debería salir del teatro?
-Como cuando vives una experiencia teatral contundente, de esas que necesitas respirar hondo al acabar. Creo que si la gente viene en grupo saldrá discutiendo porque es una pieza que te hace pensar . No es correcta ni complaciente, te molesta. Y a cada cual le molestará más por una cosa o por otra. Pero no concede a nadie la razón.
-¿Lo que le ocurre a esta pareja podría pasar en la vida real?
-Sí. Aunque se tensan mucho las cuerdas de la realidad para llegar a un extremo, lo cierto es que cada día vemos que ocurren cosas terribles.
-¿Qué será lo próximo que veamos de Pablo Derqui?
-Está por estrenar una serie en TVE-1, 'Monteperdido' que grabé el pasado verano. Y después, 'Com els grecs', en el Lliure, dirigida por Josep Maria Mestres, que haré junto a Mercè Arànega, Pep Cruz y Sílvia Bel.
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