Leopoldo Pomés: En la calle hay mucha foto, mucha prisa y poca obra

El Premio Nacional de Fotografía 2018, el fotógrafo y publicista barcelonés Leopoldo Pomés, considera que en la actualidad "hay buenos, muy buenos profesionales" aunque lo que predomina "en la calle es mucha foto, mucha prisa y poca obra".

De Pomés, nacido en Barcelona en 1931, el jurado ha destacado que ha participado "en la configuración de nuestro imaginario colectivo, introduciendo un nuevo lenguaje fotográfico dentro de la publicidad" y que su trabajo ha estado siempre "comprometido con la modernidad".

Fotógrafo autodidacta, hizo su primera exposición en 1955 y tuvo "buena crítica, pero no podías ganarte la vida exponiendo", asegura a Efe Pomés, quien, consciente de ello, acudió a una agencia de publicidad para "realizar unas obras que nada tenían que ver con lo que se hacía en aquel momento".

"Gustó, y gustó tanto que en poco tiempo me dieron toda la publicidad de la agencia; allí despegué, ya no paré hasta hoy", recuerda.

Suyas son, entre otras, míticas campañas publicitarias como la de las "burbujas Freixenet" que arrancó en 1966 o el anuncio que en los 70 hizo del coñac Terry, popular gracias a la modelo rubia que cabalgaba en un caballo blanco.

Pero también se sumergió en el mundo del retrato, se apasionó por la arquitectura modernista de su ciudad, viajó por España fascinado por la estética del toreo y seducido por la moda "en cada uno de sus pliegues".

"Me he puesto siempre a favor de lo fotografiado", asegura quien en 1946 compró su primera cámara fotográfica y comenzó una carrera que le ha reportado otros premios como el logrado en 1965 en el Festival de Cine Publicitario de Cannes o el León de Oro de cine publicitario en Venecia seis años después, además de protagonizar múltiples exposiciones.

Y eso que llegó a la fotografía por ser "un pésimo estudiante" que pasaba "mas horas mirando libros de arte que de la escuela". Fue su padre, rememora, quien le introdujo "en el mundo de la sensibilidad visual".