AGITACIÓN CULTURAL BAJO EL FRANQUISMO

El Grup de Folk revive su mayo del 68

El colectivo, con integrantes como Pau Riba, Falsterbo, Jaume Arnella, Oriol Tramvia y Jordi Batiste, se reúne en el parque de la Ciutadella para conmemorar el 50º aniversario del popular concierto que ofreció en el mismo recinto

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zentauroepp43459627 icult180525200807 / ACN / LUIS RODRÍGUEZ

Jordi Bianciotto

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Ya han pasado 50 años desde que una tropa de jovenzuelos alentados por los vientos contraculturales sacudiera el país enarbolando hitos populares de aquí y allá, de las ‘Rondes del vi’ a ‘No serem moguts’. El Grup de Folk trazó una alternativa a la ‘nova cançó’ con otra clase de referentes, tanto estéticos como sociales y políticos, y su huella se proyecta hasta la actualidad: lo podrán comprobar quienes este domingo (18.30 horas) acudan al parque de la Ciutadella, el mismo escenario en que, el 23 de mayo de 1968, todavía en pleno franquismo, el colectivo ofreció su concierto más sonado ante más de 10.000 personas.

Ahí estarán una quincena de miembros del Grup, entre ellos artistas con trayectoria como Pau Riba, Jordi Batiste, Falsterbo, Oriol Tramvia, Jordi Pujol y el que quizá podríamos considerar como patriarca de todos ellos, Jaume Arnella, que está convencidísimo de que la agrupación es hoy mucho mejor que entonces. “Hace 50 años éramos un poco caóticos. Ahora esto lo hemos subsanado y somos caóticos del todo”, bromeaba este miércoles en la presentación del concierto en el Centre Artesà Tradicionàrius, entidad que lo ha programado dentro del cierre de la 41ª Tamborinada.

De París a Berkeley

El Grup de Folk fue “un paso adelante” respecto a la ‘cançó’ representada por Els Setze Jutges, estima otro integrante histórico, el periodista y profesor universitario Gabriel Jaraba. “Nosotros pensábamos que la ‘nova cançó’ estaba muy bien, pero que se podía ir mucho más allá”, explica. “Estaban pasando muchas cosas en la cultura y la contracultura, y no solo de Sartre y Simone de Bea uvoir vivía el hombre: también estaban Timothy Leary o Ken Kesey”. Sí, su brújula no estaba tan orientada a París como “al campus de Berkeley”.

En el caso de Pau Riba, el ingreso en el Grup de Folk vino después de que Els Setze Jutges le dieran calabazas. “Años después, Lluís Serrahima y compañía me dijeron que, claro, me vieron con aquellas melenas, aquellos pantalones rojos…”, recuerda. “Estaba claro que eran de otra generación y tenían otro enfoque. Nosotros bebíamos de la filosofía hippie y ellos seguían siendo el ‘senyor Esteve’ con su tienda”.

En el repertorio del Grup de Folk figuran tanto canciones propias, como ‘El noi dels cabells llargs’, que Batiste había compuesto cuando era miembro de Els Tres Tambors, con adaptaciones de piezas populares de origen variopinto: la italiana ‘Els macarrons’, el canto espiritual ‘Kumbaià’ o piezas del cancionero folk estadounidense como ‘La cruel guerra’ y ‘Puff, el drac màgic’ (Peter, Paul & Mary). La incorporación de estas canciones de otros países fue entonces motivo de baja de una integrante del Grup llamada Maria del Mar Bonet, la única, por cierto, que fue simultáneamente ‘jutgessa’. Ni ella ni el retirado Sisa estarán este domingo en la Ciutadella.

Enfoque internacionalista

Pero al colectivo no le movía tanto estudiar la música de raíz como “generar un movimiento popular”, estima Gabriel Jaraba. “Éramos internacionalistas y nos fijábamos en Pete Seeger, que había adaptado cantos de nuestra Guerra Civil, así como la cubana ‘Guantanamera’ o incluso canciones coreanas”. Fiel a ese espíritu, durante su breve existencia (de abril de 1967 a septiembre de 1968), el Grup de Folk ofició refrescantes ‘happenings’ sonoros que, considera Pau Riba, sentaron las bases de dos corrientes centrales de la música catalana moderna. “Del grupo salió, por un lado, el rock catalán con Sisa, Tramvia, Batiste o yo mismo, y la otra rama, el folk, que condujo hasta el actual Tradicionàrius”.

Y un reconocimiento especial para Àngel Fàbregas, creador de los determinantes sellos Als 4 Vents y Diábolo, el “visionario”, como le llama Jaraba, caracterizado por “su generosidad”, de cuya cabeza salió el festival de la Ciutadella. “Fue él quien pensó en montar un acto abierto, al aire libre, ideado para atraer a mucha gente”. En su memoria, y en la de otros recordados miembros de la familia (Ovidi Montllor, Joan y Xesco Boix, el editor Jaume Vallcorba), cantará también el Grup de Folk este domingo, tratando de ser fiel a lo que representó en su día, como apunta, bromeando, Eduard Estivill (Falsterbo). “Y con las guitarras un poco desafinadas y todo”.