FESTIVAL DE MÁLAGA

Elena Trapé: "En cualquier época de cambio hay decepción"

La realizadora barcelonesa conquista la Biznaga a la mejor película y dirección con 'Les distàncies', sutil e intelgente drama sobre la fragilida de la amistad

Elena Trapé, guionista y directora de 'les distàncies', película triunfadora del festival de Málaga

Elena Trapé, guionista y directora de 'les distàncies', película triunfadora del festival de Málaga

Olga Pereda

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Elena Trapé, barcelonesa de 42 años, se convirtió en una realizadora a tener en cuenta en 2010, cuando el festival de San Sebastián acogió su primera película, 'Blog', escrita y rodada gracias al proyecto Ópera prima de la ESCAC, escuela de cine donde estudió y donde, una vez licenciada, ejerció de profesora. Dedicada a la publicidad y los documentales, Trapé ha sacado ahora adelante una segunda película sutil y elegante sobre un grupo de amigos que se reencuentran y que comprueban que la amistad se ha convertido en desencanto. Tienen 35 años y la vida no es lo que habían esperado. Rodada en catalán y castellano, 'Les distàncies' -que se estrenará comercialmente dentro de unos meses- acaba de salir por la puerta grande del festival de Málaga, cuyo jurado le ha otorgado el premio a la mejor película, dirección y actriz protagonista (Alexandra Jiménez).

'Les distàncias' provoca empatía con el espectador porque habla de algo que conocemos muy bien y que duele horrores: la decepción.

Eso es algo que vino después porque mi idea primera era reflejar un grupo de amigos. No se trata de un guion autobiográfico, pero es verdad que es algo que conozco en mi entorno. Llegar a una determinada edad y reflexionar sobre el tipo de persona en las que te ha convertido. Y claro que hay decepción, como en cualquier época de cambio. Cuando empecé a escribirla la crisis ya asomaba la cara. Y todos pensábamos, vaya, pero ¿dónde estamos si hemos hecho lo que tocaba hacer? En el caso del personaje de Alexandra Jiménez está embarazada. Parece que a los 35 o eres madre o ya lo eres nunca. Y también me apetecía hablar de eso. [Trapé es madre de una niña de 5 años]

¿Calificaría la película de retrato generacional?

Suena demasiado ambicioso, no era mi objetivo. El contexto sí que es generacional. Hablo de las expectativas frustradas y de caer en la cuenta de que jamás vas a vivir como en casa de tus padres.

¿Por qué ubica la historia en Berlín?

Conozco la ciudad y me gusta. Ahora ya no tanto, pero hace cinco o seis años, cuando pensaba en el protagonista (Miki Esparbé) lo imaginé viviendo allí porque tiene aspiraciones artísticas de fotografía y diseño gráfico. En aquella época, Berlín gozaba de una movida undreground interesante. Y era barata, no como Londres o París, que te expulsan si no triunfabas. Además, Berlínn tiene un paisaje muy concreto y peculiar. Es oscura y sin centro histórico, y eso me interesaba mucho para ubicar lo que van a vivir estos amigos.

Alexandra Jiménez  y Miki Esparbé, a los que solemos ver en comedias, brillan como protagonistas oscuros.

Han confiado en los personajes. Los han abrazado con entusiasmo y sin odiarles, que era lo fácil.

Son unos egoístas. Sobre todo el personaje de Esparbé.

No lo veo así. Mas bien creo que hacen lo que pueden. Creo que lo que les pasa es que tienen poca madurez emocional, dan poco la cara y no se comprometen. El egoísmo lo veo más relacionado con la maldad y ellos no tienen maldad.

Cuenta en la producción con Isabel Coixet, realizadora de la que usted hizo un documental.

Me hace mucha ilusión que apoye el proyecto. Cuando yo tenía 18 años y quería convertirme en cineasta ella representaba que ese sueño se podía hacer realidad. La he admirado siempre.

La ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya) ha venido a Málaga a exhibir músculo femenino

La práctica constante. Los alumnos aprenden rodando. Y equivocándose y trabajando en equipo. Se genera mucha colaboración entre alumnos y exalumnos. Otro acierto fue decidir dar oportunidades a los que no estaban en Madrid. Y, gracias al proyecto Ópera prima, no tienes que esperar diez años para rodar una primera película.