CRÓNICA DE JAZZ

Sergi Sirvent, en el laboratorio

El camaleónico pianista de jazz se estrenó como trompetista en la sala Sinestèsia de Sants

Sergi Sirvent (derecha) y el saxofonista Miguel Pintxo Villar, en la sala Sinestèsia

Sergi Sirvent (derecha) y el saxofonista Miguel Pintxo Villar, en la sala Sinestèsia / periodico

Roger Roca

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Es jueves y falta poco para las once de la noche. El concierto debería haber empezado a las diez y media y en el escenario cuatro músicos prueban brevemente cada uno de los tema que tocarán en el concierto. Técnicamente no han empezado, pero desde la barra se oye perfectamente lo que tocan. Sinestèsia, un pequeño local que nació hace justo un año en el barrio barcelonés de Sants para dar cobijo al jazz y a otras músicas creativas de la ciudad, tiene muy buena acústica. Además, lo único que separa la barra y de la sala es una cortina negra. La parroquia no protesta por el retraso. Son pocos, son fieles y saben a lo que vienen, al estreno oficial del pianista de jazz Sergi Sirvent como trompetista. "Me hace ilusión sentir el aire", dice Sirvent, mirando el instrumento que ha tocado en privado durante años y ahora lleva al escenario.

No es la primera transformación de Sirvent, que ya hace años se inventó un alias, Jim Skillman, para agarrar la guitarra, plantarse unas gafas de sol y hacer de cantautor sui generis. Sirvent se dió a conocer hace 15 años al frente de Unexpected, un trío de jazz que desprendía una energía inusitada. Parecía que iba para figura de las que están permanentemente en cartel, pero desde entonces ha ido haciendo cada vez más lo que le ha venido en gana en una carrera tan difícil de seguir como fructífera: ya debe de andar por la treintena de discos propios, muchos de ellos autoeditados. En resumen, un espécimen perfecto para Sinestèsia, que se suma a la sala Robadors 23 del Raval como hábitat ideal para músicos en permanente estado de construcción.

Su último hallazgo tiene forma de trío. Se llama Trumpet Affair y en principio -con Sirvent todo es "en principio"- lo completan dos nombres de peso en el jazz local, el contrabajista David Mengual y el batería Ramon Prats. La única evidencia discográfica de Trumpet Affair es un disco a trío de música improvisada, Likewise, pero el jueves en Sinestèsia presentan piezas escritas, con sus correspondientes partituras y cuentan con el saxofonista Miguel Pintxo Villar como invitado. Otro giro inesperado de Sirvent que ninguno de los presentes le tendrá en cuenta. La docena de espectadores que han salido a escuchar a Sirvent esta noche saben que lo imprevisible es precisamente parte de la gracia. La entrada es floja pero la impulsora de Sinestèsia, Jolanda Marrone, no se estresa. Aún cuesta traer público a Sants, asegura. Y Sirvent es el tipo de músico que quiere para su sala.

Música juntos, música de grupo

La música del trompetista es juguetona, un poco como la de Thelonious Monk, el compositor por el que Sirvent siempre ha tenido especial predilección. Sus composiciones son como preguntas con trampa, como acertijos más difíciles de resolver de lo que parece a primera vista. Pero Trumpet Affair no hacen música críptica, solo es que hay que acompañarla con atención, y Sinestèsia es un buen lugar para ese tipo de escucha. Sirvent no es un solista de los que les gusta lucirse, ni tampoco lo son sus compañeros. Hacen música juntos, música de grupo, que suena más compacto a medida que avanza la noche. Parece que Trumpet Affair pida más horas de vuelo para poder tomar forma y cuerpo. De hecho, pasada la medianoche, Jolanda les tiene que pedir que toquen la última, porque Sirvent tiene repertorio y ganas para días. Al día siguiente seguirán, esta vez en Robadors 23, la otra casa en Barcelona de los músicos de jazz que siempre se rascan la cabeza en busca de la siguiente idea. 

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