CRÍTICA DE LIBROS

Antonio Ungar: Frente al destino de Europa

El escritor colombiano cuenta en 'Mírame' una historia de tintes policiacos sobre un xenófobo enamorado de una inmigrante

El escritor colombiano Antonio Ungar.

El escritor colombiano Antonio Ungar. / periodico

Ricardo Baixeras

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'Mírame' de Antonio Ungar (Bogotá, 1974) cuenta varias tensiones narrativas que coinciden para convertirse en obsesiones trágicas con leves tintes cómicos, marca de la casa. No es solo una narración policiaca que hubiera hecho las delicias de Ricardo Piglia –por aquello de que la política es leída como ficción y la ficción como política-, ni es solo el relato de la vida de un xenófobo francés enamorado de una mujer inmigrante paraguaya atrapada en una durísima red familiar de la que apenas puede escapar. Ni es solo la vida de un extranjero que pretende curar y ser curado por “el silencio y el dolor y la quietud absoluta” viviendo la vida de los otros

Es también cómo un 'voyeur' escribe un diario a Eva, la hermana muerta con la intención de dar cuenta de todos y cada uno de los acontecimientos de su vida: "Un diario en el que anotes cada cosa que te pase. Un diario, eso te ayudará. No dejes nada afuera, dijiste. No escondas, nadie más que tú lo leerá. Eva, mi adorada Eva, hermana dulce, destinataria única de estas palabras, muerta demasiado pronto. Lo dijiste el primer día del primer año de la secundaria, tú luminosa y triste, yo a tus pies. Un diario, eso te ayudará".

El final de los tiempos

Y 'last but not least' es la épica perdida de un personaje que quiere cambiar la historia del destino de Europa: "Todo cobra sentido en la calle arrasada por el vendaval… La guerra, nuestra guerra tantas veces prometida, ha empezado por fin". La ficción entonces como la mejor manera de contar lo que sucedió pero nadie vio: la historia de Europa como “el final de los tiempos: el tren y su larga sombra recorriendo los fértiles campos”. Una narración inventada como una nueva manera de tensionar la historia oficial de los acontecimientos. La novela como un complot paranoico o como el juego constante y oculto de las distintas conspiraciones que delatan la versión oficial de los hechos. En este terreno Ungar ya ha mostrado de qué modo la ficción tiene la fuerza perversa de un melodrama que se volverá pesadilla.

Narrado desde la omnipotente voz en primera persona de este xenófobo obsesionado por la vida de los otros, lo que se pretende es trazar un plan para “empezar la guerra tantas veces prometida” e iniciar un cambio en la vida política del viejo continente convertido en destino colectivo: "Queda poco tiempo para que todo desaparezca. Porque desaparecerá, todo, sin remedio, Eva mía: Irina y yo y la tienda y los otros cuerpos de la tienda y los cuerpos de la calle. La ciudad entera. Todo lo que conocemos, arrastrado por la gran corriente de los tiempos nuevos".

Paranoia

 ¿Qué ocurriría si un guionista con tintes delirantes concibiera un texto breve pero intensísimo sobre un paranoico que vive en Francia como un extranjero que teme lo que no conoce y que, por si fuera poco, espía hasta la saciedad lo que no puede ver y que quiere cambiar el rumbo de la historia de una Europa en ruinas y rota por el peso y el paso de la inmigración para incendiarlo todo con la pretensión recurrente de empezar de nuevo? La respuesta está en 'Mírame' demostración palpable que Ungar es un escritor indómito, que ha deletreado con una brevedad exquisita uno de los sucesos más acuciantes del horror nuestro de cada día.