CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'Black Panther': universo en expansión

Ryan Coogler habla con propiedad de asuntos que el género suele pasar por alto, como el racismo y las obligaciones morales de los países poderosos

Nando Salvà

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'Black Panther', nos llevan tiempo diciendo quienes se encargan de promocionarla, no es una película más de superhéroes. Se trata de la primera entrega del Universo Cinematográfico de Marvel cuyo protagonista es negro. Además su director, Ryan Coogler, es el primer cineasta afroamericano que trabaja para esos estudios. Y, a excepción de algún personaje secundario, esta película se muestra más bien desconectada de lo que les sucede los Vengadores.

Mientras transita entre el cine de acción y la intriga de espías y toma inspiración de fuentes como Shakespeare y James Bond y el Afrofuturismo y 'El Rey León', asimismo, Coogler pone en evidencia un admirable deseo de hablar con propiedad de asuntos que el género suele pasar por alto, como el racismo y las obligaciones morales de los países poderosos. Lástima que mientras lo hace complique el relato más de lo necesario y lo llene de personajes superfluos y escenas de acción que simplemente no cumplen con los estándares de calidad del cine de Marvel, en buena medida porque la tosquedad de los efectos visuales deja claro que muchas de ellas no están protagonizadas por actores de carne y hueso sino por creaciones digitales.

Por lo que respecta al personaje titular (Chadwick Boseman), por momentos da la sensación de ser un convidado de piedra en su propia historia, así que es de agradecer que Coogler obtenga buena parte del peso dramático de la película y su carisma tanto de un trío de guerreras indomables que secundan al héroe como de Erik Killmonger (Michel B. Jordan), un antagonista complejo dotado de conciencia social y razones legítimas para estar furioso, sin duda el mejor villano jamás visto en una película de Marvel.