Un gran Castella desoreja un toro de José Vázquez de vuelta al ruedo en Cuenc

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El diestro Sebastián Castella cuajó hoy una sensacional faena a su segundo toro, de José Vázquez, premiado con la vuelta al ruedo, al que cortó las dos orejas que le permitieron salir a hombros al término del primer festejo de la Feria de San Julián de Cuenca.

FICHA DE FESTEJO

Dos toros para rejones -tercero y sexto- de María Guiomar Cortés de Moura, mansurrones y parados, y cuatro en lidia ordinaria de José Vázquez, aceptablemente presentados e inválidos, a excepción del buen cuarto, de nombre "Anochecer", número 103, de 544 kilos, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Sebastián Castella, de tabaco y oro: casi entera (silencio); y estocada y descabello (dos orejas).

Ginés Marín, de malva y oro: tres pinchazos y estocada (silencio); y estocada ligeramente desprendida (ovación).

El rejoneador Diego Ventura, de chaquetilla gris marengo: dos pinchazos y rejón (ovación); y rejón y descabello (oreja).

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Dámaso González.

La plaza que registró menos de tres cuartos en tarde entolada y fresca, con granizo en el primer toro y lluvia en el quinto.

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CASTELLA AL RESCATE

La tarde en Cuenca arrancó con un hecho insólito, el que protagonizó "Carcelero", el toro al que se le perdonó la vida en esta misma plaza en 2011. Nunca antes en la historia un toro indultado volvía pisar el albero de un coso taurino. Pero la ocasión lo merecía, pues hoy, en el primera de la Feria de San Julián se iban a lidiar tres astados de este histórico astado de José Vázquez.

Después hubo un emocionante minuto de silencio en recuerdo de Dámaso González con los casi tres cuartos del aforo del coso conquense puestos en pie como homenaje póstumo al considerado "Rey del Temple".

Y para seguir con las inventivas, sorprendió que no fuera el rejoneador Diego Ventura el encargado de abrir el festejo mixto, sino un torero de pie, el francés Sebastián Castella, que sorteó en primer lugar el primero de los tres hijos del mítico "Carcelero", que nada tuvo que ver con lo que su padre.

Fue un inválido total, imposible para el lucimiento, y Castella, que lo probó por uno y otro pitón, desistió pronto ante la imposibilidad de armar faena.

Pero se desquitó el francés con el cuarto, el único que no era descendiente de "Carcelero" y que fue, a la postre, el mejor todo de la corrida. Castella cuajó una gran faena basada en el arrebato, la raza y la variedad. Muy compacto todo. Muy macizo y a más. Importante nivel el mostrado por el de Beziers, que salvó la tarde con su rotundo y enjundioso toreo.

El joven Ginés Marín sorteó en primer lugar con otro toro en el límite de la fuerzas. Hubo finura y elegancia en los detalles dentro de una faena sin armazón, quede claro que por la falta de oponente.

No mejoró el sexto, otro inválido con el que Marín apenas pudo pasar de los detalles sueltos.

Ventura encandiló los tendidos de Cuenca ya con su primero, de María Guiomar Cortes de Moura, un toro mansurrón con el que estuvo cumbre montando al caballo "Nazarí". Plenitud de torería y templanza de un caballo espectacular. Tampoco bajó el listón con "Lío", destacando en un embroque ajustadísimo a quiebro. La precipitación con e rejón de muerte le privó de tocar pelo.