LOS FORENTES, EN EL MUSEU DALÍ

Los forenses acaban a medianoche el análisis del cadáver de Salvador Dalí en el Teatre-Museu de Figueres

ERNEST ALÓS / FIGUERES

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«El último espectáculo que hará Dalí». Marga, una vecina de Llançà, uno de los cientos de curiosos que se agolpaban anoche ante el Teatre-Museu Salvador Dalí de Figueres, resumía bien la escena que se desarrollaba delante de sus ojos. Aunque seguro que, de haber oído su comentario, no les hubiese hecho mucha gracia a la directora de los museos Dalí, Montse Aguer, y a la alcaldesa de Figueres, Marta Felip, que contemplaban con mirada compungida cómo desfilaba por la puerta del museo la comitiva judicial, seguida de los forenses con sus maletines y de los empleados de una funeraria, con un ataúd y una camilla. Aunque esta vez, salvo que se demuestre lo contrario en caso de que la prueba de ADN sea positiva, el responsable no es el pintor surrealista sino una vecina de Figueres, Pilar Abel, que reclama ser hija de Dali.

Abel no estaba ayer en Figueres, aunque sí su abogado Enrique Blánquez. A lo largo de la mañana, Abel había participado en otro espectáculo diferente, en los platós televisivos de Madrid, tras renunciar a estar presente en Figueres, a pesar de sentir «alivio» por haber conseguido su objetivo, porque en su día las imágenes del funeral del pintor le hicieron «mucho daño». El juicio sobre la paternidad de Dalí se desarrollará en Madrid el 18 de septiembre, fecha en que ya han de estar disponibles los resultados de la prueba genética. Si resulta positiva Abel emprenderia un segundo proceso para reclamar la legítima de la herencia del pintor, que alcanzaría el 25% del patrimonio legado al Estado español y gestionado por la Fundació Gala-Dalí.

Los operarios emplazaron una carpa dentro del museo para lograr que ni un dron pudiese tomar imágenes

La alcaldesa de Figueres lamentaba ayer que el juzgado que ordenó ejecutar la exhumación a la juez de Figueres no se haya planteado agotar otras posibilidades menos costosas, como realizar una prueba de ADN con los restos del padre legal de Pilar Abel, que de resultar positiva habría evitado el costoso operativo que ha incluido un dispositivo policial, la intervención de una empresa que ha debido levantar la losa de una tonelada y la instalación de una carpa para ocultar los trabajos incluso de la vista de un potencial dron que sobrevolase la cúpula geodésica de cristal que cubre el escenario del Teatre-Museu bajo el cual yacía hasta hoy el cuerpo de Dalí. Dentro de lo desagradable de la situación, apuntaba ayer Felip, la expectación generada "ha permitido reforzar la posición de Figueres como ciudad de Dalí".

La operación empezó a las 20.15 horas para permitir que el museo mantuviese su actividad normal. Este viernes deberá reabrir a las 9 de la mañana, cuando los trabajos deberían haber acabado, después de que a las 23.40 finalizase la extracción de muestras de tejido del cadáver de Dalí, que según la alcaldesa de Figueres estaba "bien conservado". 

El hecho de que el cuerpo de Salvador Dalí fuese embalsamado hace que la extracción de tejidos que puedan aportar ADN en buen estado sea particularmente laboriosa. Los trabajos estarán a cargo de dos forenses y un técnico del Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya. Según su directora, en casos similares, en que el cuerpo ha sido sometido a un proceso de embalsamamiento y tratado intensamente con formol, suele ser necesario extraer dientes y muestras de uñas y de médula ósea procedente de huesos largos.

LA DEMANDA

Pilar Abel ha ido incorporando detalles al relato de su presunta concepción en una relación clandestina entre Salvador Dalí y su madre, entonces empleada doméstica de una familia vecina en Cadaqués del pintor. Según explicó en rueda de prensa el miércoles en Madrid,  varios testimonios han certificado que Dalí pagaba a un trabajador de un colmado para que le mantuviese al corriente del estado de su hija, y que cuando se cruzaba por la calle con su madre, llevándola a ella en cochecito, le preguntaba «¿Es mi hija Pilar?». Una relación, antes y después del nacimiento de la demandante, que no encaja demasiado con el concepto de paternidad del artista ni con su sexualidad, más inclinada a la contemplación y la autoestimulación que al contacto físico directo. Y tampoco con la relación que mantenía con Gala en 1956, la fecha en que nació Pilar Abel.

"Entonces no se hubiese atrevido con Gala. Gala era mucha Gala", dice Lluís Duran, propietario del hotel que frecuentaba el pintor

 Hablamos de ello tranquilamente con Lluís Duran, propietario del Hotel Duran, una de los espacios dalinianos de Figueres, donde comía a menudo y despachaba sus asuntos (como la propia creación del museo) el pintor, al que Duran conocía desde los 8 años. "¡Allí estaba Gala, que era una sargento! Lo llevaba de la mano arriba y abajo y le decía todo lo que tenía que hacer. Y en esos años aún estaban muy enamorados y él era muy dependiente de ella", apunta. Y aún le cuadra menos a Duran una relación de ese tipo en Cadaqués, "donde aún había en esas fechas personas de la familia, en un pueblo pequeño donde todo se sabe y se ven muchas cosas. Al final, cuando él ya estaba harto de ella y estaba disgustado por todos aquellos hippies que adoptaba gala, no le digo yo que no... Pero entonces no se hubiese atrevido con Gala. Gala era mucha Gala".