FENÓMENO EXPANSIVO

La inacabable maldición del círculo

La mitología de 'The ring' ha sido una de las más explotadas, imitadas y plagiadas del cine de terror de las últimas décadas

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El director japonés Hideo Nakata recordó en 1998 con 'The ring' que el terror más impactante puede no basarse en el 'gore', sino en la imaginería. Su película disparó un nuevo auge del 'J-horror' (terror japonés) sin necesidad de mutilar a nadie: aquí el terror nacía, sobre todo, de una cinta de vídeo de extraño montaje, con imágenes de un pozo solitario o una mujer cepillándose el pelo. El sabio del terror Kim Newman comparó aquello con "un anunció de champú dirigido por Guy Maddin o David Lynch".

Todo espectador con sangre en las venas se quedó muerto tras ver aquello. Dentro de la película, el efecto mortal era literal: si veías esa cinta, recibías una llamada avisándote que ibas a palmar en siete días, y el asunto iba en serio. Una 'yurei' (fantasma nipón) venía a verte, abriéndose paso a través de la pantalla del televisor como el monstruo de 'TerrorVision'. Se llamaba Sadako y se hizo habitual en nuestras pesadillas.

LA MUERTE VIAJA EN VÍDEO

El bueno de Nakata saltaba súbitamente a la fama con su segundo filme, que ni siquiera era la primera adaptación de la novela de Koji Suzuki (más ciencia ficción que terror) en la base del fenómeno; tres años antes se había estrenado un telefilme y la historia había sido manga y hasta serial radiofónico.

Por supuesto, la industria del cine decidió aparcar aquí la historia de Sadako por miedo a mancillar el legado de un clásico instantáneo como este. No, mentira. El estudio Toho produjo dos secuelas distintas y contradictorias entre ellas: la olvidada 'Rasen' (1998), basada en la segunda parte del libro de Suzuki, y 'The ring 2' (1999), también de Nakata. Se produjeron con bastante rapidez dos 'remakes' del original: el surcoreano 'The ring virus' (1999) y, claro, uno estadounidense, 'The ring (La señal)' (2002), bastante mejor de lo que muchos ultraístas del cine asiático quisieron llegar a admitir.

No se vayan todavía, la maldición se despliega en todas las direcciones imaginables. Como dos series de televisión, 'Ring: The final chapter' (1999) y su secuela 'Rasen' (1999), adaptaciones libres de Suzuki. O una precuela de cine, 'The ring 0', también alejada de las novelas y en la que vemos a Sadako como aspirante a actriz.

'J-HORROR' AL ESTILO USA

'The ring (La señal)' tuvo una segunda parte dirigida, tras perder a su autor inicial, por el propio Nakata, pero muy diferente a la secuela que estrenó en 1999. (La nueva 'Rings' es secuela de esta segunda parte estadounidense, y no una precuela, como se rumoreó en un principio).

Hollywood vio un nuevo filón en los fantasmas al estilo japonés y no solo rehízo 'The ring', sino también imitaciones asiáticas como 'Llamada perdida' (2003) y 'Shutter: el fotógrafo' (2004), que cambiaban el VHS por el teléfono móvil y la cámara de fotos, respectivamente. La idea de la maldición resurgió con fuerza en el terror 'indie' americano, con ejemplos que van desde 'From within' (2008) hasta la reciente 'It follows' (2014).

Doce años separan a 'The ring 2', versión USA, de 'Rings', pero Sadako no ha parado en Japón. A principios de década se estrenaron dos continuaciones de 'Rasen' en 3D y el año pasado llegó 'Sadako v Kayako', combate sobrenatural de la joven de 'The ring' con el niño de 'La maldición (The grudge)' que pudo verse en Sitges-16. Tan solo faltaría el 'remake' yanqui de este 'crossover' para cerrar el círculo. Por ahora.