El arquitecto del sonido de los Beatles

En la tarde del 6 de junio de 1962, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y el batería Pete Best (aún faltaban tres meses para la irrupción de Ringo Starr) llegaron en su furgoneta blanca a los estudios de Abbey Road, en Londres. Acababan de regresar de Hamburgo, donde habían estado tocando en el Star Club durante siete semanas, y estaban cansados por el viaje, pero excitados ante la perspectiva de llevar a cabo una sesión de grabación profesional para un sello subsidiario de EMI llamado Parlophone. En realidad, se trataba de una prueba, pero su mánager, Brian Epstein, había omitido ese detalle para no minar su confianza tras la decepción que sufrieron al ser rechazados por Decca. La audición debía ser supervisada por el productor jefe de Parlophone, George Martin, pero los preparativos se alargaron en exceso a causa de un problema con el amplificador de McCartney y Martin optó por irse a la cantina y dejar la grabación en manos de su colaborador Ron Richards y los ingenieros Norman Smith y Chris Neal.

La cosa empezó de manera poco prometedora. Los Beatles eligieron abrir la sesión con una rudimentaria versión del bolero 'Bésame mucho', que hizo más bien poco para impresionar al escéptico personal del estudio. La cosa cambió con la siguiente canción, una composición propia llamada 'Love me do'. Chris Neal fue a la cantina para advertir a George Martin de que tal vez ahí había algo que merecía la pena. El productor volvió al estudio y ya no se movió de la cabina de control. A 'Love me do' le siguieron otras dos canciones originales, 'PS I love you' y 'Ask me why'. Al finalizar la sesión, Martin se reunió con los miembros del grupo para explicarles en qué debían mejorar si querían aspirar a un contrato profesional. A continuación, les preguntó qué cosas cambiarían ellos. "Para empezar –respondió Harrison-, no me gusta su corbata". Admirador (como los propios músicos) del humor irreverente de los Goons de Peter Sellers, con quienes había trabajado en el pasado, el productor encajó bien la broma y soltó una carcajada. Al cabo de unos minutos de jocosa conversación, George Martin tomó la decisión de fichar a los Beatles. Sin que nadie en aquella sala fuera consciente de ello, había empezado una revolución musical y cultural de alcance inimaginable.

INSÓLITA RECEPTIVIDAD

Resulta difícil hacer justicia a la importancia que Martin, fallecido en la noche del 8 de marzo a los 90 años, tuvo en la carrera del grupo pop más célebre de la historia. Nadie podría presentar una hoja de servicios tan rica e intachable como la suya a la hora de reclamar el disputado título honorífico de 'quinto beatle'. Desde luego, él fue quien abrió al cuarteto de Liverpool la puerta de la industria discográfica, pero hizo mucho más que eso: haciendo gala de una actitud abierta y receptiva absolutamente insólita entre los productores de su generación, Martin se puso desde el primer momento al servicio del grupo, aceptando sus puntos de vista cuando aún no se habían hecho un nombre (situar una composición propia en la cara A del primer 'single' de una banda resultaba en aquella época una idea tan extravagante como temeraria), canalizando sus intuiciones, sugiriendo nuevos caminos, haciendo relevantes aportaciones instrumentales y construyendo y dando forma, en suma, a un sonido que solo existía en la cabeza de sus creadores.

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Y todo ello, sin pretender arrogarse méritos ni pedir otra recompensa que no fuera su salario en EMI. "Yo solo era el intérprete; el genio era suyo, de eso no cabe duda", solía decir cuando se le atribuía el papel de artífice en la sombra de los logros de la banda. Sin embargo, es imposible pasar por alto la enormidad de sus contribuciones musicales al legado de los Beatles: la partitura para cuarteto de cuerda de 'Yesterday' (que, pese a los recelos iniciales de McCartney, introdujo al grupo en el mundo de la instrumentación clásica), el solo de piano eléctrico de 'In my life' (acelerado para acercarse al sonido del clavicémbalo), las sombrías cuerdas de 'Eleanor Rigby', el solo de trompeta de 'Penny Lane', los audaces puentes sinfónicos de 'A day in the life' o el extraordinario arreglo de 'I am the walrus' son solo algunos de los más destacados.

UN MUNDO SONORO

Por no hablar de su clarividencia a la hora de hallar respuestas técnicas a los desafíos cada vez más complejos que le iba planteando el grupo. Como subraya Ian McDonald en el indispensable estudio 'Revolución en la mente', "George Martin creó un mundo sonoro para los Beatles que asombraba a sus mejor equipados contrincantes en Estados Unidos". No hay mejor prueba para constatar el asombroso grado de simbiosis alcanzado por los músicos y el productor que comparar el sonido de los álbumes que los Beatles grabaron con Martin (todos menos 'Let it be') con el dudoso partido que Phil Spector sacó a las grabaciones del citado disco (cabe decir, en descargo del productor neoyorquino, que el material de partida no era precisamente lo más distinguido que alumbraron los Fab Four).

Pero si todos estos argumentos no bastan para dejar clara la imprescindible aportación de Martin a la gloriosa carrera del cuarteto de Liverpool , Paul McCartney se ha encargado de poner los puntos sobre las íes en un comunicado en el que expresa su pesar por la muerte del productor, al que se refiere como su "segundo padre": "Desde el día en que nos dio a los Beatles nuestro primer contrato de grabación hasta la última vez que lo vi, fue el hombre más generoso, inteligente y musical que yo haya tenido el placer de conocer. Si alguien se ganó el derecho al título de 'quinto beatle', fue George". Discusión zanjada.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"El 'single' m\u00e1s vendido de la historia","text":"George Martin ha pasado\u00a0a la historia como el productor de los Beatles, y, sin embargo, el 'single' m\u00e1s exitoso de todos los que llevan su nombre en los cr\u00e9ditos no es ninguno de los que grabaron los Fab Four. Tal honor corresponde al 'remake' de 'Candle in the wind' que Elton John lanz\u00f3 en 1997 para rendir homenaje a Diana de Gales (el sencillo m\u00e1s vendido de todos los tiempos, nada menos). M\u00fasico de formaci\u00f3n cl\u00e1sica, con un talento poco com\u00fan para los\u00a0arreglos orquestales, Martin trabaj\u00f3 preferentemente con artistas de jazz y de variedades (de Stan Getz a Judy Garland)\u00a0antes de que los Beatles se cruzaran en su camino. Convertido de la mano del cuarteto de Liverpool en productor de referencia de la m\u00fasica pop, grab\u00f3 discos para\u00a0Jeff Beck, America, Jimmy Webb, Kenny Rogers, Ultravox, Kenny Rogers y un tal Paul McCartney, entre otros artistas. \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0"}}