Ingrid García-Jonsson: «No me corresponde ondear pancartas»

Entrevista a la actriz de moda, que participa en 'Sweet Home'

NANDO SALVÀ

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Su trabajo en Hermosa juventud (2014) le proporcionó numerosos reconocimientos como la nominación al Goya o el premio Sant Jordi y es el principal motivo de que, últimamente, su teléfono no haya dejado de sonar. Acaba de estrenar la película de terror Sweet Home.

-A primera vista, Sweet Home no podría ser más distinta de Hermosa juventud. Aquella era una película social casi documental, y esta es puro cine de género.

-Exacto, y ese precisamente fue el gran aliciente para hacerla. Me quise demostrar que soy capaz de rodar una película de terror y de cumplir todas las exigencias que ello conlleva. Yo creo que un actor tiene que enfrentarse a nuevos retos cada día, porque si se acomoda está perdido. Si no implica tomar riesgos ni sentirse vulnerable ni situarse al borde del abismo, esta profesión no vale la pena.

-Habla de las exigencias que el cine de terror conlleva. ¿Cuáles son?

-De entrada, el de Sweet Home fue un rodaje demoledor. Físicamente muy bestia. Me pasé dos meses corriendo escaleras arriba y abajo, y cubierta de sangre, volviendo a casa a diario con una necesidad urgente de ducharme. Y a nivel técnico el cine de terror es muy complicado, porque es fácil caer en la sobreactuación, sobre todo porque buena parte de tu interpretación se basa en reacciones a una serie de elementos, como los ruidos o la oscuridad, que en realidad durante el rodaje no están ahí porque se añaden en posproducción.

-En todo caso, Sweet Home incluye referencias a la crisis económica y en concreto a los desahucios. ¿Diría que es cine de terror con conciencia?

-Es que los desahucios son algo realmente aterrador. Creo que si haces una película ambientada en España en la actualidad es muy difícil no hablar de la crisis. Sería absurdo esquivar el tema. Ojo, no digo que todo el cine tenga que ser socialmente comprometido. También defiendo el cine concebido como mero entretenimiento. Hay un público muy variado y con expectativas muy distintas, y entiendo que la única forma de tener una industria solvente es satisfacerlas todas.

-¿Cree que los artistas tienen una responsabilidad social?

-Creo que antes de abrir la boca deben pensar muy bien lo que van a decir porque tienen una capacidad de influencia muy grande. Y, como todo hijo de vecino, es importante que tengan conciencia política, pero personalmente no siento que me corresponda ir ondeando pancartas. Tengo la sensación de que vivimos un momento muy importante, y hay motivos para tener esperanza en un cambio. Pero mis opiniones políticas me las guardo.

-¿Cómo analiza lo que le ha pasado profesionalmente durante el último año?

-No he parado de trabajar, y se lo debo todo a Hermosa juventud. Ha sido muy vertiginoso y no he podido pararme a analizar las repercusiones de todo lo que me ha pasado. Supongo que es mejor así, porque si pienso en ello quizá me entren los miedos y los mareos.

-¿Intimida ser una de las actrices españolas de moda?

-Es que yo no lo siento así. Rechazo cualquier responsabilidad en este sentido. Prefiero tener una carrera larga que un gran éxito puntual. Mi gran problema es que tengo la sensación de que esto no va a durar, que un día se van a dar cuenta de que soy una impostora y se me va a acabar el chollo. En general lo veo todo muy negro.