DRAMA
'Boy eating the bird's food', la metáfora del alpiste
El cine griego de los cinco últimos años es, posiblemente junto a la cinematografía serbia posterior al fin de la contienda de los Balcanes, uno de los más perturbadores del actual panorama europeo. Canino, de Georges Lanthimos, marcó la tendencia en el 2009, una línea a seguir que han proseguido títulos como Boy eating the bird's food.
Retrato de un persona anómalo y superado por todas las circunstancias, sin trabajo, incapaz de pedir ayuda a su madre, sin una casa en la que vivir, el primer filme de Ektoras Lygizos parece a ratos una comedia absurda y en otros un drama avasallador sobre la decepción de los tiempos modernos, aunque también hay, sin intriga fantástica, algo de los retratos angustiantes de personajes escindidos que practicó Roman Polanski en títulos como Repulsión y El quimérico inquilino.
Al protagonista solo le queda su canario, pero la comida de este también la necesita para sobrevivir, así que, como reza el título internacional de la película, el joven se dedica a comer alpiste. Lygizos filma todo este proceso sin florituras, trufando el filme de situaciones desconcertantes: el alpiste y la forma que tiene de comérselo, la frialdad ante el cadáver del abuelo muerto. Podemos tomarnos la película como una historia directa, sin florituras, en torno a la desorientación camino de la locura, o bien como una metáfora acerada y vitriólica del fin de la sociedad del bienestar. Q. C.
Ektoras Lygizos
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