El Palau de la Música vibra con un gran concierto de Beethoven

Pocas veces hemos visto unas muestras de entusiasmo tan generalizadas. El público del ciclo Palau 100, que prácticamente llenaba el recinto modernista, ovacionó largamente a los jóvenes músicos de la Gustav Mahler Jugendorchester y batió acompasadas palmas para reclamar la presencia en el escenario del veterano maestro estaodunidense de origen sueco Herbert Blomstedt (85 años), que tan magistralmente había dirigido a la formación.

El pianista Leif Ove Andsnes, debutante en la sala, fue el otro gran triunfador de una vibrante velada con su interpretación, en la primera parte, del 'Concierto para piano y orquesta número 4' de Beethoven.

Los propios músicos se abrazaban entre sí al término de su soberbia recreación de la séptima del genio de Bonn, al tiempo que homenajeaban al maestro golpeando con los pies en la tarima del escenario para pedirle que regresara a saludar. Blomstedt, feliz por la complicidad de sus discipulos, desviaba la atención hacia los intérpretes señalando a solistas y a las diferentes secciones para resaltar su trabajo al servicio de una idea coral.

Los espectadores no se cansaron de aclamarles Y es que la del lunes fue una de esas noches en las que la música se convierte en una celebración. Y también la de la constatación de un proyecto bien diseñado, eficazmente respaldado con patrocinadores, entre ellos el Consejo Europeo, y con una idea central clara sobre sus objetivos. Fundada hace 27 años en Viena por iniciativa de su actual director titular, Claudio Abbado, la Gustav Mahler Jugendorchester, se mantiene fiel a su línea de actuación. Sus músicos no sobrepasan los 26 años, pero son seleccionados por expertos en sucesivos cástings con 2.000 candidatos que concurren a la convocatoria en 25 ciudades europeas.

MÚSICOS DE TODA EUROPA

El resultado es una renovación constante de esta formación, que nació para unir a los jóvenes intérpretes austriacos con los de las vecinas Hungría y la que, por entonces, era Checoeslovaquia. Hoy en día la orquesta reúne a músicos de toda Europa y es cantera de las grandes formaciones que encuentran en la Gustav Mahler solistas para renovar sus plantillas.

Lo mejor que se puede decir sobre su actuación la noche del lunes es que sonaron como veteranos, pero con la frescura y energía, contagiada al propio director, propia de su talentosa juventud. Su interpretación de la séptima respondió a las expectativas y no hubo caidas en la homogeneidad de sonido. Blomstedt atemperó a la perfección el impulso de estos intérpretes, llevándolos a un perfecto ensamblaje con gran protagonismo de la poderosa sección de cuerda y los vientos.

El pianista Ove Andsnes se sintió cómodo y seguro a su lado en la interpretación de un concierto de piano, que forma parte de su proyecto de grabar la integral de los de Beethoven. En una pieza que da protagonismo al solista demostró porque está considerado como unas de las mejores apariciones de instrumentistas del teclado y, ante las muestras de entusiasmo del público, se vio obligado a ofrecer una propina.

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