regreso de un creador heterodoxo

Burruezo, místico rebelde

El músico y su grupo, Bohemia Camerata, actúan hoy en Barnasants

De izquierda a derecha, Pedro Burruezo, Pere Camps, Carme Canela y Cris Joanico.

De izquierda a derecha, Pedro Burruezo, Pere Camps, Carme Canela y Cris Joanico.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El tercer disco de Burruezo & Bohemia Camerata se titulaMisticísssimus, con tres eses intercaladas, enfatizando la sonoridad de una palabra que puede echar para atrás al oyente medio. No vivimos tiempos muy místicos, pero el disco, si bien invita al oyente a participar de un imaginario espiritual y trascendente, está lleno de canciones cálidas, temperamentales y accesibles. «Hechas desde el corazón», subraya Burruezo.

Misticísssimus, que la formación presenta hoy en Apolo (21.00 horas), dentro de Barnasants, alterna los textos propios y las citas de pensadores medievales de diversas culturas. El mensaje es que «la obra de los místicos es hoy más necesaria que nunca, porque vivimos en una grave crisis: moral, medioambiental, social, económica, energética… Los místicos son una inspiración para salir de ella», argumenta el cantante y guitarrista barcelonés, afincado en Sant Feliu de Guíxols, para quien «San Juan de la Cruz o Ibn-al-Arabi eran más transgresores que cualquier estrella del rock: no estaban sometidos a ningún poder mundanal, ni político, ni religioso, ni social».

LEJOS DEL MUSEO / Burruezo envuelve ese cuerpo teórico con composiciones heterodoxas que funden ingredientes de la canción de autor y la música tradicional; de oriente y occidente, tocados por una interpretación vocal apasionada e intensa. «Un artista debe expresarse con el lenguaje de su época, y nosotros somos músicos del siglo XX. A la modernidad ya le interesaría que nuestro mensaje no salga del museo, pero es tan transgresor que sería revolucionario», explica Burruezo.

Su defensa de la «rebelión contra el poder político y eclesiástico, el consumismo y el abuso medioambiental» desprende una musiquillaindignada. «Sí, pero los indignados descartan la espiritualidad. Los místicos hacían hincapié en que, si quieres cambiar el mundo, debes empezar cambiándote a ti mismo».