Análisis

'Black bread'

ESTEVE RIAMBAU
DIRECTOR DE LA FILMOTECA DE CATALUNYA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La designación de Pa negre como candidata española a los Oscar de Hollywood prosigue, que no culmina, una brillante trayectoria iniciada con el galardón a la mejor interpretación femenina en el Festival de San Sebastián de hace más de un año. Los premios Goya ya delataron que los académicos del cine español habían votado mayoritariamente una película plenamente catalana: por su producción, por su contexto social y por su lengua. Y, tras el Premio Nacional de Cinematografía -designado por un jurado que representa al conjunto del sector-, los mismos académicos españoles han vuelto a apostar por Pa negre frente a dos nuevos rivales de peso -Pedro Almodóvar (La piel que habito) y Benito Zambrano (La voz dormida)- y con un destino muy preciso: ser uno de los cinco títulos nominados al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Pa negre, por consiguiente, hace historia al ser la primera película catalana y en catalán que representa a España en los Oscar. Los Tarantos de Rovira Beleta, hasta cierto punto Two Much de Fernando Trueba o Balseros en el apartado documental surgieron de empresas catalanas pero optaron a la estatuilla en su versión original en castellano. Si la candidatura de Pa negre prospera hasta la gran fiesta de la meca del cine, la lengua no inglesa que llegará a Hollywood será la catalana y, así, Black Bread competirá con todos los méritos propios que, además, la película acumula.

Agustí Villaronga es un cineasta de trayectoria larga y coherente. Desde su irrupción con Tras el cristal ha luchado por un cine personal y comprometido. A los beneplácitos de la crítica, Pa negre ha sumado un generoso reconocimiento del público que desmiente las demagógicas fronteras que a menudo se erigen entre el arte y la taquilla, lo minoritario y lo popular. La profesión, un tercer factor en juego a la hora de valorar una película, también se ha decantado por este filme que los académicos españoles han juzgado por sus valores artísticos y en el que la lengua -otra frontera demagógica- no ha supuesto ningún obstáculo.

Precedente histórico

Pa negre rompe, por último, otro prejuicio difundido con insistencia por sectores políticamente interesados: que las películas sobre la guerra civil española ya no interesan al público. El filme de Villaronga no solo se ha impuesto a otro filme que transcurre en el mismo período (La voz dormida) sino que su desgarradora visión de la posguerra como un terreno propicio para las extorsiones económicas de los vencedores ha sido juzgada como la mejor carta de presentación ante los académicos de Hollywood y, con su beneplácito, el mercado internacional. Desde esta nominación hasta el Oscar a Pa negre le queda todavía un buen trecho plagado de obstáculos. Haber llegado hasta aquí ya es más que un premio. Supone la ruptura de un precedente histórico por el que hay que felicitar al cine catalán, a los académicos españoles y, sobre todo, a Agustí Villaronga por su tesón y por su coherencia.