Naomi Watts: «Debemos exigir la verdad a los gobiernos»

El marido de Valerie Plame escribió un artículo en elNew York Timesacusando al Gobierno de George W. Bush de manipular la información facilitada por los agentes secretos sobre las supuestas armas de destrucción masiva en Irak. La Casa Blanca reaccionó haciendo pública la identidad de Valerie Plame, personaje central del drama político protagonizo por Naomi Watts y dirigido por Doug Liman (El caso Bourne,Sr. y Sra. Smith)

-¿Cómo fue su primer encuentro con Plame?

-Después de mucho hablar por teléfono y enviarnos correos para programar nuestra primera cita -ella vive en Nuevo México y yo en Nueva York- conseguimos vernos a medio camino, en el aeropuerto de Chicago. Es un sitio un poco extraño pero, supongo, totalmente normal para un espía. Al principio me intimidaba la idea de conocerla en persona por todo lo que había leído de ella, una mujer impresionante con un coraje y un temperamento a prueba de bomba.

-¿Y los siguientes encuentros?

-A medida que la fui conociendo me di cuenta de que es una mujer especial. Como buena agente de la CIA, es de las persona que te observan primero tratando de saber por dónde andas y cuáles son tus intenciones. A partir del tercer encuentro estábamos más seguras y le pude plantear cuestiones más íntimas. Le pregunté sobre su relación con su marido y sus hijos. Obviamente eso me ayudó a preparar el papel.

-¿Hablaron de por qué se metió enuna profesión tan arriesgada, teniendo en cuenta que era madre de familia?

-Era lo que más me interesaba. ¿En qué estado mental hay que estar para decidir dedicarse a una profesión tan peligrosa y sacrificada? Valerie fue la primera de su promoción, con lo que eso conlleva. A pesar de que son sometidos a un duro entrenamiento físico, ella aparenta ser una mujer calmada y con un carácter dulce. Eso sí, con nervios de acero y una gran pasión por su trabajo.

-En ese sentido, hay cierto paralelismo con su profesión de actriz.

-Interpretar a alguien que no tiene nada que ver contigo y aprender como piensa y opera es muy interesante, ya sea un espía, un drogadicto o un abogado. La única diferencia es que si yo fallo lo peor que me puede pasar es que recibir una mala crítica. Pero si Valerie falla se arriesga a recibir un tiro.

-¿Le habló del riesgo que ella y su familia corrieron cuando su verdadera identidad se hizo pública?

-Sí. En el momento que leyó el artículo de su marido en elNew York Times, Valerie supo que su vida iba a cambiar radicalmente. Nadie de su familia, solo su marido, conocía su verdadera profesión. Desde el principio tuvo claro que pasara lo que pasara no se rompería su familia.

-Según el director, Doug Liman, el rodaje fue largo y muy difícil, especialmente para usted.

-Cuando me llamó hacía dos semanas que había dado a luz. Estaba dando el pecho a mi hijo, así que el momento no podía haber sido peor (risas) pero no me pude negar. Cuando supe que se trataba del caso Valerie Plame me puse a leer inmediatamente el guión, firmado por Jez Butterworth. En la página 10 ya lo tenía claro. Pocas veces se me va a presentar la oportunidad de hacer una historia cuyo personaje central es una mujer con tanto valor. Empezamos a rodar El Cairo, que es la ciudad más caótica que conozco y eso que vivo en Nueva York. En una escena tenía que cruzar una calle del centro en hora punta. Los coches circulaban sin control y me jugué la vida (risas).

-¿Qué ha sacado en claro?

-Que todos tenemos que tener el coraje de levantar la voz y pedir explicaciones a nuestros gobiernos y exigirles que digan la verdad, aunque esto traiga graves consecuencias. Mucha gente prefiere no entrar en detalles o enterrar el pasado, pero con esa actitud lo único que hacemos es contribuir a que vuelva a suceder en el futuro.