Los estrenos de la semana

Ricardo Darín da lustre a la cartelera con 'Carancho'

El actor protagoniza el nuevo trabajo de Pablo Trapero, un intenso 'film noir'

NANDO Salvà

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En Argentina mueren unas 8.000 personas cada año en accidentes de tráfico. Es mucho. En España, por ejemplo, el año pasado se rondaron los 2.600 fallecidos. Teniendo en cuenta que, de toda la vida, de las desgracias ajenas siempre hay quien hace negocio, no es extraño que esas cifras se hayan convertido en aquel país en gallina de los huevos de oro para abogados sin escrúpulos, que persiguen ambulancias en busca de víctimas o familiares. El protagonista de Carancho, el más destacado de los títulos que hoy se incorporan a la cartelera, es uno de estos tipos. Les dice a sus desesperados clientes que no se preocupen, que él conseguirá una indemnización de la compañía de seguros, y luego se queda con un abusivo pedazo del pastel. Es un carroñero.

Con Carancho, el argentino Pablo Trapero regresa al mismo terreno

-y al mismo barrio, La Matanza- que pisó en el 2002 con El bonaerense, policial que redefinió el realismo social en el cine argentino: un territorio donde la corrupción -de la policía, de los hospitales, de la ley- es un requisito y donde la supervivencia depende de golpear primero. En otras palabras, Carancho es puro cine negro, intoxicado de sensualidad decadente y mucho fatalismo, y habitado por dos amantes condenados por lo que sucede cuando el resto del mundo duerme. Si esto fuera un film noir de los años 50 lo protagonizarían Richard Widmark y Susan Hayward. Como no lo es, tenemos a Martina Gusman (Leonera) y el grandísimo Ricardo Darín. La incorporación de Darín es lo más importante que le pasa hoy a la cartelera se ponga como se ponga Julia Roberts, que aparece en casi todos los planos de Come reza ama.

'COME REZA AMA' / Si usted tratara de encontrarse a sí mismo, ¿dónde buscaría? ¿Hurgaría en su profesión? ¿Charlaría en serio con parientes y amigos? ¿Haría buenas obras? ¿Se iría de misiones o de voluntario con la Cruz Roja? Pues mal hecho. La solución, nos dice Come reza ama, es pasar cuatro meses en Italia comiendo fettuccini, luego pasar otros cuatro meses meditando en un ashram de India y, finalmente, cuatro meses más en Balí redescubriendo el amor. Desde luego suena más divertido, especialmente si dispones de fuentes de financiación aparentemente inagotables.

Ese fue el caso de Elizabeth Gilbert, que en el 2006 escribió una suerte de libro de autoayuda lleno de consejos valiosos sobre cómo vivir mejor y ser feliz que vendió seis millones y medios de copias en todo el mundo e, inevitablemente, ha sido versionado para la gran pantalla. Julia Roberts, decíamos, funciona como su alter ego, y recrea el recorrido de Gilbert de forma esencialmente literal. Es una pena, porque ¿se imaginan qué distinto y divertido habría sido el viaje espiritual de haber invertido el itinerario? ¿Qué tal cuatro meses comiendo tandoori rodeada de pobreza en Bombay y luego otros cuatro encerrada en un convento católico? De esa experiencia sí habría salido cambiada.

'ASTRO BOY' / Tampoco Astro Boy, es cierto, trata de reinventar la rueda. Está basada, recordemos, en un manga publicado originariamente en 1951 -seis años después de que Estados Unidos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki- y que posteriormente fue llevado a la televisión primero como teleserie de acción real y después como cartoon. Su héroe, un androide con cuerpo de niño, sentimientos humanos y poderes sobrenaturales que inevitablemente recuerda a Pinocho, fue creado por Osamu Tezuka, la figura más importante e influyente de la historia de la animación nipona. Pese a ese pedigrí, la nueva película es definitivamente una obra actual. En realidad, pese a que retiene algunos de los genes originales, muestra muchas más similitudes con títulos recientes como Wall-E, por su mensaje ecologista, y Transformers, por su violencia robótica.

'EL GRAN VÁZQUEZ' / Si buscáramos un equivalente patrio de Tezuka, sin duda Manuel Vázquez sería uno de los candidatos. Genio indiscutible del tebeo, influyó a varias generaciones de dibujantes y creó a toda una galería de personajes, como Anacleto, el Tío Vázquez, las Hermanas Gilda o la Familia Cebolleta que hoy son iconos populares. Menos conocida que esa progenie es su azarosa vida. Las anécdotas sobre su vida son un calco exacto de las peripecias que sus viñetas narraban, y es que el tipo era auténtico caradura, maestro en el arte de dejar a deber, mentiroso compulsivo y vividor sin límites que llegó a estar en la cárcel por bigamia. ¿Quiere usted saber más? Hoy se estrena El gran Vázquez.