Las claves de la cartelera

Clooney se viste de asesino a sueldo en el 'thriller' ascético 'El americano'

QUIM Casas

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Contra todo pronóstico, teniendo en cuenta que se trata de un thriller más ascético que de acción, El americano se ha encaramado a lo más alto de las listas de recaudaciones en Estados Unidos durante las tres últimas semanas, demostrando que George Clooney continúa siendo un valor rentable y seguro. Hoy se estrena comercialmente en España y no hay títulos que puedan hacerle sombra, por lo que su reinado comercial puede extenderse también más allá de las fronteras estadounidenses, lo que le seguirá yendo muy bien a Clooney, imperterrito en su posición de galán intelectual y seductor del cine norteamericano, pero sobre todo al director del filme, Anton Corbijn, que tras su debut tras la cámara con Control, un acercamiento cauto y minimalista a la figura de Ian Curtis, un icono del rock oscuro, parece que quiere labrarse un cierto porvenir en el mercado hollywoodiense.

El americano no parecía un proyecto muy adecuado para el fotógrafo e incipiente cineasta. Control destilaba la sensación de ser un bello capricho. Y de repente, Corbijn, fotógrafo y amigo de celebridades varias del rock y del cine en su facción más indie, asume el control de una película de género a mayor gloria de su actor y productor, un Clooney que aparece en el 95% de los planos que tiene la película.

Al protagonista de Ocean's eleven. Hagan juego le van este tipo de desafíos: historias inesperadas y directores poco o nada conocidos. Lleva años invirtiendo sus buenos salarios en películas y cineastas de componente más arriesgada. Se le identifica con Steven Soderberg, con quien acabó como el rosario de la aurora, y con los hermanos Coen, cierto, pero en los últimos años ha dado al alternativa a talentos como Stephen Ghagan, Tony Gilroy, Jason Reitman y Grant Heslow en, respectivamente, Syriana, Michael Clayton, Up in the air y Los hombres que miraban fijamente a las cabras. Corbijn se suma a este tipo de directores personales pero a la vez moldeables según el prisma del rutilante Clooney.

La inspiración para El americano puede llegar tanto de un determinado film noir americano como, sobre todo, de productos tipo El silencio de un hombre, del gran Jean-Pierre Melville, quintaesencia del mejor cine negro francés. La idea es la misma que anidaba en aquella obra maestra protagonizada por Alain Delon: un cine ritual, hecho de gestos y de silencios, de actividades cotidianas y tiempos muertos, que captura el día a día de un mercenario de la violencia mientras espera, impasible, a realizar su último trabajo a la vez que se mantiene alerta ante una amenaza.

La acción acontece en la pequeña localidad calabresa en la que el protagonista, un asesino profesional que se dedica también a la construcción de armas, se refugia después de una accidentada peripecia en tierras suecas. Allí entabla relaciones sentimentales con una prostituta (Violante Placido, hija del actor Michele Placido) y mantiene curiosas charlas sobre lo humano y lo divino con el parroco que encarna el veterano Paolo Bonacelli.

Pese a que el tema podría ser relativamente de su interés, Corbijn filma El americano como si aún estuviera reconstruyendo las actividades de Joy Division en la escena musical de Manchester: la planificación reposada, el valor del silencio y el contraste entre quietud e inquietud hacen de El americano una propuesta de lo más singular aunque venga avalada por el último gran representante del star system de Hollywood.

'BLOW HORN' /El americano es la única opción de visos comerciales en una cartelera dominada, este fin de semana, por las producciones pequeñas. El documental Blow horn, segundo largometraje como director del productor catalán Lluís Miñarro (Albert Serra, José Luis Guerin, Manoel de Oliveira, Lisandro Alonso y Apichatpong Weerasethakul son algunos nombres que ha producido), contempla sin sentar cátedra alguna la vida de un grupo de españoles que decidieron retirarse en un monasterio budista en la India durante tres años y siete meses.

'CONTRACORRIENTE' / Contracorriente, película realizada por Javier Fuentes-León bajo pabellón alemán, colombiano, francés y peruano, fue premiada por el público en el último festival Sundance y relata la vida de un joven pescador que vive en una zona costera muy arraigada con determinadas tradiciones en torno a la muerte.

Ramona y su hermana, de Elizabeth Allen, cubre la cuota de cine amable y distendido de la semana. Inspirada en el ciclo de novelas infantiles de Beverly Cleary, relata las andanzas de una muchacha cuya imaginación y deseos de nuevas experiencias la llevan a vivir situaciones de lo más arriesgado.