Pisos como en Nueva York

Jesús Rivasés

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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), despistó a casi todos la semana pasada, también a este cronista, mea culpa, y movió ficha monetaria. Quemó casi todas sus naves y puso el precio del dinero en el 0,05%. Ya no puede abaratarlo más. A partir de ahora, Draghi y la Europa del euro se adentran en un terreno desconocido, en el que algunos entienden que las medidas heterodoxas, como la QE americana, compra de deuda, privada y pública, son la última opción. En definitiva, fabricar dinero -e inflación- para reactivar la economía, aunque nadie garantiza el éxito.

Draghi, para justificar su decisión, dijo:  «Tenemos que decir las cosas como son». Quizá no sea el único. En los mercados europeos y españoles ocurren cosas notables. Ayer, el bono español a 10 años daba un interés del 2,03%, mientras que el mismo bono estadounidense ofrecía un 2,43%. Es decir, el bono USA rentaba más que el español. Al menos en teoría y de forma nominal.

¡Sorprendente! ¿Cómo se explica? Los expertos dicen que el bono español ofrece menos interés que el americano porque la inflación es negativa en España (-0,3%) y positiva en EEUU (+2%). Eliminado ese efecto, también aparentemente, el bono americano rentaría algo menos que el español. Con todo y como precisan banqueros y otros expertos, esa cuenta es correcta, pero también discutible y puede tener algo de espejismo. Por otra parte, nunca en la historia monetaria había ocurrido que la rentabilidad nominal del bono español fuera inferior a la del de EEUU. Por algo será. Hace pocos años, en plena burbuja inmobiliaria, el precio de una vivienda en el centro de Madrid o Barcelona llegó a ser superior al de una vivienda similar en un lugar parecido de Nueva York (NY). Además, eran las consideradas de tipo medio las que eran bastante más caras en las capitales españolas. Nadie parecía extrañarse, aunque tampoco había pasado nunca. Inversores y promotores -adictos a subir y subir precios- argumentaban que sí era posible y que, además, era una comparación absurda. Casi al mismo tiempo, los dos principales bancos españoles, Santander y BBVA, aparecían como los dos más capitalizados del mundo. La historia está ahí. La burbuja se pinchó y más dura fue la caída, los precios se hundieron en España y solo hay quien cree que empiezan a repuntar. Santander y BBVA también perdieron muchos puestos en esos ránkings y bastantes cajas fueron rescatadas. La inflación diferente de España y USA explica muchas cosas, pero pese a ello, suena extraño que el bono español rinda el 2,03% y el americano el 2,43%. Lo dijo Draghi: «Tenemos que decir las cosas como son». Algo huele a burbuja.