«Somos los únicos de Europa sin pensión ni indemnización»

Vicepresidente de la asociación de afectados por la talidomida

Rafael Basterrechea ayer, junto a su domicilio en Alcorcón (Madrid)

Rafael Basterrechea ayer, junto a su domicilio en Alcorcón (Madrid)

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es vicepresidente de la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (Avite), la entidad que desde el 2011 defiende a las 500 personas que en aquel momento dieron a conocer su grave malformación congénita y reclamaron al laboratorio alemán Grünenthal, productor del fármaco que tomaron sus madres, que les indemnice por las consecuencias de dicho tratamiento. Nació con un notable acortamiento de sus extremidades superiores, una limitación que le condiciona la vida. El Tribunal Supremo los ha vuelto ha dejar sin amparo.

-¿Confiaban en el Supremo?-Esperábamos que se hiciera justicia, pero el Tribunal Supremo ha defendido los intereses del laboratorio farmacéutico. El Supremo obedece al Gobierno, y el Gobierno prefiere tener contento al imperio de la familia Wirtz, propietaria de Grünenthal, que tiene un patrimonio de 25.000 millones de euros, que a unos centenares de ciudadanos sin muchos apoyos.

-Llevan cuatro años pleiteando.-Sí. Con un coste de más de 50.000 euros. Pero seguimos. Ahora recurriremos ante el Tribunal Constitucional. Estoy seguro de que acabaremos consiguiendo que se nos indemnice, que es lo que pedimos. Nosotros no recibimos absolutamente nada.

-¿Cómo se ha resuelto este contencioso en el resto de Europa?-En todos los países [cita una decena] los afectados por la talidomida cobran una pensión vitalicia por esta razón. El Gobierno español no quiere ni oír hablar de darnos una pensión. Nosotros reclamamos al laboratorio que nos indemnice, pero el Supremo nos ha dicho que el delito por el que pleiteamos ha prescrito. Somos los únicos afectados de Europa sin pensión ni indemnización, y eso que el propio laboratorio se declaró culpable. Me niego a tirar la toalla. No nos rendimos.

-Hacen responsable al Gobierno.-Es que mi madre, y las de todos los demás, tomaron la talidomida porque se la recetó un médico de la Seguridad Social de entonces. El Gobierno reconoció esa respondabilidad, pero no nos compensa por ello.

-¿Porqué le recetaron talidomida a su madre?-Se la dieron como tranquilizante, como calmante, cuando casi ni sabía que estaba embarazada. La talidomida empezaba a hacer efecto en el feto a partir del día 37 después de la última menstruación.

-¿Qué afectación tiene usted?

-Mi brazo izquierdo mide 25 centímetros de largo y el derecho 45. No puedo doblar los codos. Soy un gran dependiente, con un 80% de discapacidad. Siempre, desde que era pequeñito, he necesitado ayuda para todos los actos de la vida diaria: vestirme, atender mi higiene personal, lavarme los dientes. Puedo comer solo, pero con dificultad. Conduzco un coche que me han adaptado, con cambio automático.

-¿Admiten que su reclamación ha prescrito, como han sentenciado?-Esto no prescribe. Es evidente, y así se ha reconocido fuera de España. La sociedad está con nosotros. Quien nos conoce, nos apoya.