El Onze de Setembre

Rajoy: «Ahora lo que no toca es el lío ni la disputa»

Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy.

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID
RAFA JULVE / BARCELONA

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«Vivo en el lío», le dijo Mariano Rajoy a Artur Mas el pasado febrero en su primer encuentro en la Moncloa tras las elecciones generales. «En estos momentos lo que no toca es el lío, ni la disputa ni la polémica», respondió ayer el presidente del Gobierno central cuando, en una entrevista en TVE, le preguntaron sobre el pacto fiscal y el auge del independentismo en Catalunya. «Seamos conscientes de que en España no estamos para grandes algarabías», subrayó con rotundidad para dar a entender que lo del nuevo modelo de financiación va para largo.

«España tiene hoy el problema de la falta de trabajo. En Catalunya hay más de 700.000 catalanes que quieren trabajar y no pueden. Catalunya, como muchas otras autonomías, tiene muchos problemas», argumentó el jefe del Ejecutivo central para justificar que su prioridad ahora es salir de la crisis. Lo del pacto fiscal, por tanto, es secundario. «Si logramos crecer y crear empleo, la Generalitat se llevará más dinero», aseveró, aunque no sin insistir en que «ahora toca la unión y la cooperación».

Por la mañana, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ya mostró su repulsa a las proclamas soberanistas y, en concreto, a la manifestación independentista, que calificó de «inconstitucional». Un mensaje que viene a sumarse a la retahíla de advertencias que los populares han lanzado en los últimos días, con el Govern de CiU en el centro de la diana. Anteriormente, el Ejecutivo central ya había subrayado que los discursos soberanistas avivan la confrontación y «alejan las inversiones extranjeras», unas alertas que casi todos los partidos catalanes denostaron al considerar que no respondían a otra cosa más que a la de una «estrategia del miedo».

AVIVAR LA PARTICIPACIÓN / Y si la presidenta de Castilla-La Mancha aprovechó para arremeter contra el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, por «animar» al PSC a participar en la movilización de la Diada -algo que en realidad no se produjo porque el mandatario socialista se limitó a «respetar» la decisión que tomen los socialistas catalanes-, la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, no fue menos dura en sus reproches al partido que encabeza Pere Navarro y a Unió Democràtica de Catalunya y su máximo dirigente, Josep Antoni Duran Lleida (quien agradeció irónicamente la embestida de Cospedal porque «hará que vaya más gente a la manifestación»). «Que no jueguen a la ambigüedad y a la confusión, porque todos los que vayan a la manifestación estarán apoyando la ruptura», espetó Camacho como respuesta a los argumentos de estos dos líderes de que la movilización ha trascendido el discurso meramente independentista.

CAMACHO Y MONAGO / Camacho, que censuró el «apoyo logístico» que ha dado el Govern de CiU a la marcha soberanista y la utilización de los medios públicos «como TV-3» para publicitar la movilización, no quiso polemizar sobre la frase lapidaria de José Antonio Monago del pasado viernes: «Catalunya pide y Extremadura paga». La líder del PPC se limitó a reclamarle al presidente regional que evite las confrontaciones entre las autonomías y que le deje a ella cualquier valoración de la política catalana.

Sin embargo, el jefe del Ejecutivo extremeño hizo oídos sordos y ayer volvió a las andadas al declarar que siente «lástima» por los dirigentes catalanes que «quieran mirar por encima del hombro» a Extremadura «Lo que pido es un poco de respeto a esos dirigentes», zanjó.