Los rigores del verano

El océano Ártico sufre el mayor deshielo de la historia reciente

Un rompehielos oceanográfico navega por la costa norte de Alaska.

Un rompehielos oceanográfico navega por la costa norte de Alaska.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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La banquisa boreal, la capa de hielo flotante que cubre el océano Ártico, batirá inexorablemente este mes el récord de menor extensión, según las previsiones del Centro Nacional del Hielo y la Nieve de EEUU (NSIDC). Desde 1979, cuando empezaron de forma sistemática las mediciones por satélite, nunca había habido tan poco hielo por estas fechas. El récord de mínima extensión corresponde a septiembre del 2007, pero el NSIDC calcula que se batirá la próxima semana y que el deshielo aún seguirá varios días más, hasta inicios de septiembre.

La banquisa tiene una dinámica estacional muy clara. En marzo, cuando los hielos alcanzan su máxima extensión, ocupa 15,8 millones de kilómetros cuadrados (31 veces España), pero las temperaturas cálidas del verano favorecen el deshielo hasta alcanzar el mínimo en septiembre, cuando solo ocupa 6,2 millones (12 veces España). Estos datos, no obstante, corresponden al pasado, a la media del periodo 1979-2000. La realidad es que en los últimos años la extensión ha sido muy menor, es decir, se ha perdido más hielo en verano (la temperatura en el Ártico ha subido del orden de cinco grados) del que luego se ha recuperado con la llegada del frío invernal.

DATOS COINCIDENTES / Concretamente, la banquisa, el territorio con al menos un 15% de hielo, ocupaba ayer 4,48 millones de kilómetros cuadrados, frente a los 4,1 millones del récord negativo del 2007, y sigue reduciéndose a un ritmo cercano a los 80.000 kilómetros cuadrados diarios. «Este verano podría llegarse a menos de cuatro millones, un dato sin precedentes», dijo Ted Scambos, científico del NSDIC, en declaraciones a la agencia Reuters. Los resultados son similares a los obtenidos, también mediante el uso satélites, por el Instituto Danés de Meteorología. Un tercer análisis, en este caso de la Universidad de Illinois, ya da por batido el récord.

RETROALIMENTACIÓN DEL ALBEDO / En líneas generales, la extensión de la banquisa se ha reducido un 35% con respecto a la media de 1979-2000. Los expertos del NSIDC aseguran incluso que el deshielo del Ártico ha sido de una velocidad superior a la pronosticada en el último informe del IPCC, el grupo de expertos de la ONU para el cambio climático. De hecho, la crisis del Ártico se mantiene desbocada en los últimos años pese a un cierto estancamiento de las temperaturas en el conjunto del planeta. Los especialistas lo atribuyen en buena parte al efecto albedo, es decir, que el deshielo se retroalimenta al reducirse la capa blanca que refleja la luz solar (y disminuye la capacidad de absorción del calor).

El deshielo ha provocado que actualmente estén abiertas a la navegación las rutas circumpolares, tanto el paso del noreste (Rusia) como el noroeste (Canadá). Partiendo desde Groenlandia es posible alcanzar Alaska sorteando estrechos que hasta hace poco se consideraban infranqueables, aunque la presencia de icebergs hace que el viaje solo sea recomendable para rompehielos.