los altercados tras la marcha de la dignidad

«Nos rodean, apoyo urgente»

Antidisturbios situados a 200 metros oyeron con impotencia por la radio interna cómo sus compañeros pedían ayuda La respuesta de los mandos fue el silencio

M. VILASERÓ / M. NAVARRO
MADRID

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«Nos rodean». «Apoyo urgente». «Nos están tirando adoquines». «Solicito uso material». Estos mensajes desesperados de auxilio y muchos más lanzaron por el sistema interno de comunicación la docena de antidisturbios que quedaron aislados y a merced de un centenar de violentos. Pero la respuesta de los mandos fue el silencio durante unos 20 minutos que se hicieron eternos para los compañeros que los escuchaban por radio a tan solo unos 200 metros de distancia. «Nos hervía la sangre. Queríamos ir para allá echando hostias, pero sin una orden que no llegaba no podíamos», explicó ayer a este diario uno de ellos.

Dos días después del suceso, este miembro de Unidad de Intervención Policial (UIP) antidisturbios aún no entiende la «falta de respuesta» de unos mandos que estaban coordinado el dispositivo a pie de calle. «Lo hemos hecho mil veces y nunca pasa nada, siempre que se haga bien. No sé si fue por miedo o incompetencia», reflexiona, lamentando que «cuando autorizaron el uso de material y ordenaron que se acudiera en su auxilio ya era demasiado tarde». 

Sus compañeros yacían heridos, víctimas de «una violencia extrema   como nunca la había visto antes en una manifestación». Uno de los más perjudicados fue el jefe del grupo operativo 7, al que patearon la cabeza tras arrancarle el casco. Recibió 11 puntos de sutura. A otro le arrancaron los dientes.

Jacinto Morales, secretario general de la Federación de la UIP del sindicato SUP, explica que se quedaron aislados porque fueron arrinconando a un grupo que empezó a lanzarles piedras en la esquina de Colón con Génova. Avanzaron unos 200 metros por el paseo de Recoletos y allí vieron cómo otro grupo estaba apaleando un vehículo de la policía municipal. «Cuando llegaron estaban abriendo la puerta del copiloto para sacarlo», explica. Los policías era unos 14, pero un vehículo de bomberos los dividió en dos al pasar, momento que aprovecharon los violentos para abalanzarse sobre ellos. «Esto siempre puede pasar, pero lo que es intolerable es que no se mande a nadie en su ayuda», concluye.