Cuatro muertos al estrellarse un avión militar en Sevilla

JULIA CAMACHO / SEVILLA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Estaba todo destrozado, con los restos desperdigados, era muy desagradable, especialmente el olor a quemado». Así relataron ayer varios testigos a las autoridades el estado en el que quedó el avión militar Airbus A400M, el gran proyecto de la aeronaútica europea, que se estrelló al poco de despegar, tras tocar una torre eléctricaDe los seis ocupantes, todos españoles, cuatro fallecieron y dos resultaronheridos muy graves.

El accidente se produjo en torno a las 13 horas. Hacía poco que el avión, de grandes dimensiones porque se usa para transporte militar y está capacitado para transportar tráilers, había despegado de las instalaciones de la factoría Airbus, en vuelo de prueba. Se trataba de la primera de las comprobaciones de la aeronave, que iba a ser entregada al Gobierno de Turquía en junio. Según fuentes de la investigación, los pilotos avisaron de que tenían problemas e intentaron un aterrizaje de emergencia en un campo de cultivo a una milla del aeropuerto de Sevilla.

A falta de que la empresa concrete las circunstancias del siniestro, dos agricultores que estaban trabajando en una parcela cercana aseguran que vieron cómo el avión tocaba tierra, hacía un giro y tocaba una torreta eléctrica derribándola, lo que provocó el incendio de la aeronave.  Los restos quedaron desperdigados por la zona, y solo podía distinguirse el morro y parte de la cabina con sus ventanillas. «Solo se veía una montaña de ceniza, con el motor por un lado, las ruedas y el fuselaje por otro...», narró uno de los testigos a pocos metros del lugar del siniestro, situado a un kilómetro de un centro comercial y varias factorías en las que al ser sábado no había demasiados trabajadores.

Estos ciudadanos fueron los primeros en acercarse hasta el avión siniestrado, de donde salía una gran columna de humo que podía verse desde varios puntos de la ciudad.Contaron que dos de los ocupantes de la nave intentaron salir por la ventana, y ellos se acercaron inmediatamente para arrastrarles y alejarles de la zona en llamas. Uno de los agricultores sufrió quemaduras en una de las manos.

Trabajadores civiles

Fuentes del Gobierno confirmaron que a bordo del avión viajaban un total de seis personas, según pudo relatar uno de los supervivientes. Aunque su identidad no ha sido aún facilitada, sí se ha confirmado que se trataba de un piloto, un copiloto, un mecánico y tres ingenieros. Procedían de Andalucía y otros puntos de España, ya que al menos hay uno de origen gallego, según confirmó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se enteró de lo ocurrido durante un mitin en Canarias y se trasladó rápidamente hasta Sevilla acompañado de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Allí se entrevistó con directivos   de Airbus y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Las fuerzas políticas acordaron suspender los actos electorales que quedaban pendientes el día de ayer.

Pese al destino militar del avión, los tripulantes eran civiles, pero al menos tres de ellos habían estado en el Ejército del Aire, aunque en la actualidad estaban en excedencia. Los heridos fueron trasladados de inmediato a dos hospitales de la capital hispalense, uno de ellos en estado muy grave al presentar politraumatismos y quemaduras de segundo y tercer grado. Ambos fueron intervenidos quirúrgicamente y su estado era anoche «estable dentro de la gravedad».El resto de ocupantes falleció en el acto, y sus restos quedaron diseminados por la zona. Uno de ellos que no pudo ser localizado hasta horas más tarde.