ALARMA SANITARIA EN LA CIUDAD CHINA

6.600 cerdos muertos en el río que abastece a Shanghái

Vecinos de Jiaxing amontonan cadáveres de cerdos para trasladarlos.

Vecinos de Jiaxing amontonan cadáveres de cerdos para trasladarlos.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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Unos 6.600 y subiendo. El Huangpu, la cicatriz fluvial que divide Shanghái, es una gigantesca y fúnebre piara. La cifra no ha dejado de aumentar desde que días atrás se avistaran los primeros cadáveres de cerdos flotando. Al principio fue en los distritos rurales chinos de Songjiang y Fengxiang, y ahora en Minhang, cada vez más cerca del centro urbano. No es descartable que lleguen a la altura del Bund, la orilla más turística de Shanghái, donde se acumulan los edificios coloniales frente a los rascacielos de la otra ribera.

La preocupación ciudadana aumenta al mismo ritmo que los cadáveres de cerdos. El río Huangpu proporciona el 22% del agua a los 23 millones de habitantes de la macrociudad del este de China. El tráfico de fotografías y vídeos en la red ha estimulado la ira y la desconfianza. La compañía que trata el agua ha asegurado que su calidad no se ha deteriorado respecto al 2012 y ha avalado su consumo. Las autoridades descartan una epidemia, pero la Comisión de Agricultura de Shanghái ha informado de que algunos cadáveres tenían el circovirus porcino, una enfermedad que no afecta a personas ni otros animales.

Por ahora, se desconoce el origen de los cerdos. Las autoridades de Shanghái han apuntado a la ciudad de Jiaxing (de la provincia vecina de Zhejiang). Los responsables de esa zona, de alta producción porcina, han explicado que sus ganaderos tienen «demasiados cerdos», que cada año mueren miles de frío y que se desobedece la obligación legal de enterrarlos o incinerarlos. La explicación no convence a nadie. «No descartamos que vengan de aquí, pero no estamos seguros», señaló un portavoz municipal.

ESCÁNDALOS ALIMENTARIOS / El miedo de los shanghaineses no se reduce a la calidad del agua. También temen que los cerdos pasen del río al supermercado. Los escándalos alimentarios son habituales en China, donde se une la necesidad económica, la falta de escrúpulos y los controles insuficientes. Shanghái informó de que redoblará las inspecciones.

Las recientes campañas policiales para evitar la venta de carne muerta podrían explicar precisamente el aluvión de cerdos en el Huangpu. Las autoridades de Zhejiang se han esforzado en los últimos meses en desactivar la red de delincuentes que durante años recogió y vendió cadáveres de animales para consumo humano.

En las últimas semanas 12 personas han sido detenidas con 12 toneladas de carne de cerdo con colorantes. En una operación anterior cayó otra banda que había vendido carne de 78.000 cerdos enfermos o muertos durante cinco años. Los expertos señalan que los ganaderos, bajo la presión policial que les impide vender los cerdos fallecidos, quizá hayan optado por lanzarlos al río y pasarle el muerto a Shanghái.