INICIATIVA INNOVADORA EN EL VALLÈS

Barrer calles y salvar vidas

El personal de limpieza municipal de Sabadell ya aplica la formación recibida en primeros auxilios

Protagonistas 8 Mari Carmen (izquierda) y Paqui, con su equipo de limpieza, en Sabadell.

Protagonistas 8 Mari Carmen (izquierda) y Paqui, con su equipo de limpieza, en Sabadell.

ALBERT SEGURA
SABADELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Comer un bocadillo a solas en medio de la calle puede conllevar ciertos riesgos con los que uno no cuenta. Esto es lo que le pasó a un joven de Sabadell el mes pasado. Un trozo de pan se le quedó atravesado en la garganta y cayó semiinconsciente al suelo. Por suerte, dos trabajadoras de mantenimiento de la vía pública consiguieron salvarlo gracias a lo aprendido en un curso de primeros auxilios en el que habían participado solo una semana antes.

Si nos sucediera algo así en plena calle tendríamos muchas posibilidades de provocar un buen alboroto a nuestro alrededor, pero poca gente sabría cómo actuar. Si nos ocurre en Sabadell y cerca se encuentra algún miembro del personal de la limpieza municipal, muy probablemente sí sepa qué hacer para ayudarnos. No es que los trabajadores municipales hayan adquirido conocimientos médicos especializados porque sí, sino que voluntariamente han recibido formación complementaria que los ha preparado para afrontar situaciones cotidianas en las que un ciudadano pueda requerir asistencia médica.

Se trata de una innovadora iniciativa que ha desarrollado el Ayuntamiento de Sabadell conjuntamente con Smatsa, la empresa concesionaria del mantenimiento de la vía pública. «No se trata de convertirlos en ATS, sino de que adquieran una mínima formación para atender a los ciudadanos que puedan sufrir algún incidente, y hasta puede que les salven la vida», explica el concejal de Espacio Público, Paco Bustos.

250 alumnos

«La idea era ofrecer una formación básica con nociones y valor añadido, para que al menos puedan atender a una persona herida y comunicarse con los servicios de urgencia para solicitar atención especializada», añade Eugenio Díaz, gerente de Smatsa.

En el curso, de seis horas de duración, unos 250 trabajadores han aprendido cómo actuar frente a un accidente, cómo valorar la situación de la víctima a partir de su estado de consciencia, su respiración y su pulso, y a atender traumatismos en tejidos blandos, hemorragias y quemaduras. «La mayoría nos apuntamos porque consideramos que este curso nos permite ampliar nuestros conocimientos ya no solo para nuestro trabajo, sino también para nuestra vida diaria», explica Paqui Pérez, una de las empleadas.

Nervios templados

Solo una semana después de recibir el curso comprobaron los buenos resultados. Y aprobaron con nota. Paqui y su compañera Mari Carmen Martín cubrían el servicio en la plaza de Espanya cuando de repente oyeron un golpe. «Habíamos pasado al lado de un chico que estaba comiendo un bocadillo, y al oír el ruido nos giramos y lo vimos tendido en el suelo. Se había atragantado comiendo», explica Mari Carmen. «Corrimos hacia él, miramos si reaccionaba a los estímulos y le pusimos la cabeza en la posición adecuada para que pudiera respirar», apunta Paqui. Mientras tanto, contactaron con el servicio de urgencia, que desplazó una ambulancia para acabar de atender al joven.

Tanto Paqui como Mari Carmen cuentan la hazaña con cierto nerviosismo. No lo tuvieron, en cambio, cuando tuvieron que aplicar lo aprendido en el curso. Eso y su pericia les permitieron salvar al chico, en una experiencia que de no ser por la formación complementaria recibida quizá no habría tenido el mismo final feliz.