En el umbral de la cárcel

La entrada de Munar en la prisión acaba con la bisagra de la política balear

Rueda de prensa de Jaume Matas, el 23 de julio, en la Colònia de Sant Jordi, para comentar la sentencia del Tribunal Supremo que le libraba de la cárcel

Rueda de prensa de Jaume Matas, el 23 de julio, en la Colònia de Sant Jordi, para comentar la sentencia del Tribunal Supremo que le libraba de la cárcel / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Barcelona

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A Francisca Cortés, 'La Paca', al menos la acompañó su clan. Ahí estaba su hija, 'La Guapi', y todos los suyos protegiendo a la matriarca de uno de los clanes de narcotraficantes más activos en el poblado de Son Banya.

A Maria Antònia Munar, también conocida como 'sa princesa' y como 'la virreina' de Mallorca, no la acompañó nadie. Nadie. Unos, porque se quedaron en casa y otros, porque habían decidido traicionarla para salvarse ellos. Ni siquiera le acompañó su abogado estrella, el exjuez José Antonio Choclán, defensor de Francisco Correa en el 'caso Gürtel' y redactor en su día de la sentencia contra Mario Conde.

Pero muchos en Baleares asociaron la imagen de estas dos señoras (incluido el grito de "¡semos inocentes" de 'La Paca' al entrar en el juzgado) con dos maneras de sufrir la sentencia del telediario y la otra, la real, la de la cárcel.

La entrada de Munar en la prisión acaba con la bisagra de la política balear. Y sin bisagra, se cae la puerta, más allá de la cual está la cárcel y la perplejidad popular por el hecho de que todos esos políticos corruptos no hayan atravesado antes ese umbral.

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