El PSOE se desequilibra

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los dirigentes del PSOE llevaban tiempo sin subrayar su apoyo al líder. No había sido necesario. Desde que Pedro Sánchez asumió en julio la secretaría general, el partido se había mantenido expectante en torno a la figura del recién llegado, alguien sin responsabilidad en los gobiernos socialistas, que fue elegido con holgura por la militancia y a quien su principal contrincante, Eduardo Madina, había dejado hacer sin apenas críticas. Sin embargo, desde hace algo más de una semana, no hay día en el que el propio Sánchez o sus colaboradores más cercanos no tengan que defender que el PSOE está unido, que tiene un líder respetado y con autoridad, que las críticas que se escuchan son escasas, poco relevantes y están amplificadas.

«Puedo asegurar que hoy tengo mucho más respaldo del que tuve hace 100 días», afirmó Sánchez el pasado jueves en Tele 5. Dos días antes, durante una reunión de la ejecutiva, la mayor parte de los miembros apuntalaron al secretario general. Consciente de que en los últimos tiempos se reproducen los reproches internos, el líder reclamó a los suyos que no los aireasen.

PISANDO CALLOS / Esta actitud defensiva era habitual con su antecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no tuvo apenas calma en sus poco más de dos años al frente del PSOE. Pero no con Sánchez. Algo ha cambiado. Por un lado, el jefe de la oposición ha molestado a los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero al aprobar un código ético que critica implícitamente que el primero compatibilice su salario público con un puesto en Gas Natural, y también al distanciarse del artículo 135 de la Constitución, que instauró la estabilidad presupuestaria, con el argumento de que el precepto ha permitido los recortes del PP.

Por otro, las continuas apariciones mediáticas de Sánchez, en formatos que van desde la entrevista ortodoxa al programa de entretenimiento, donde lanza propuestas que luego son rectificadas o matizadas (funerales de Estado para víctimas de violencia de género, supresión del Ministerio de Defensa, dedicación exclusiva de diputados…), ha llevado a varios líderes territoriales a quejarse de que lo que le preocupa es su promoción personal ante las elecciones generales, en lugar de centrarse en un reto más cercano: las autonómicas y municipales de mayo.

«Pero son factores menores -señala un miembro de la dirección socialista-. Las bases están a favor de endurecer las incompatibilidades y en contra de la estabilidad presupuestaria. Ni González ni Zapatero mueven ya a los militantes. En cuanto a las apariciones de Pedro [Sánchez], él está ahora en mucha mejor situación que la marca PSOE, es el líder político mejor valorado. Si a él le va bien, nos irá bien a todos en mayo. Lo que inquieta no es eso. Inquieta Susana».

EL GRAN REFERENTE / Líder del socialismo andaluz, presidenta de la Junta y principal artífice de la victoria de Sánchez, Susana Díaz está perturbando el equilibro en la cúpula sin moverse en exceso: escuchando a los descontentos con Sánchez y dejando cundir la idea de que no ha descartado presentarse a las primarias del próximo julio para ser la candidata a la Moncloa. Dado que heredó la presidencia de la comunidad del dimitido José Antonio Griñán, Díaz debería revalidarse primero ante las urnas andaluzas, pero podría adelantar los comicios a mayo. Después, dejaría a un subalterno al frente de la autonomía para dar el salto estatal.

Es una mera posibilidad, pero sus incondicionales no la desmienten del todo. Al contrario. Dicen que ella es el gran referente en pie del PSOE, la única dirigente con una visión territorial clara en el conflicto catalán, la única capaz de contrarrestar con contundencia el discurso de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, a quien respondió que ella provenía de una «casta de fontaneros», en alusión al oficio de su padre.

Desde el entorno de Sánchez, mientras tanto, se argumenta que Díaz tendría «todo el derecho» a presentarse a las primarias, pero que una nueva disputa interna, la segunda en un año, sería «perjudicial» para el partido, todavía más ahora que algunas encuestas señalan que los socialistas podrían ganar las generales por un escaso margen frente al PP y Podemos.

El PSOE, señaló el martes Manuel Chaves, expresidente andaluz, está «jugando con fuego».