CÓNCLAVE DE LOS PARTIDOS POR EL DERECHO A DECIDIR

Mas no logra retener al PSC en el camino hacia la consulta

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J. RICO / F. MASREAL X. BARRENA
BARCELONA

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La presencia del PSC en el carro de los partidos favorables al derecho a decidir ha estado siempre en un equilibrio precario. Ayer, en la cumbre en el Palau de la Generalitat, esta inestabilidad se hizo patente. Hasta el punto de que puede decirse que la reunión marcó el inicio del desmarque de los socialistas de un proceso en el que el propio Artur Mas les había guardado un papel preponderante, dada la transversalidad social que representa su electorado.

Las razones de la desafección, según explicó su primer secretario, Pere Navarro, cabe buscarlas en la tendencia del Govern a convertir la consulta, «no en un objetivo democrático en sí», sino en un mero paso «hacia la independencia». Si no ceja el Ejecutivo en esta actitud «innegociable» para los socialistas, el PSC se saldrá definitivamente. Pero la puerta está prácticamente cerrada. «Hasta aquí hemos llegado», clamaban anoche fuentes de cúpula socialista. El Govern optó por forzar la interpretación de que todos los asistentes salieron, tras dos horas de reunión, comprometidos con que Catalunya ejerza el derecho a decidir. Pero el consenso se resquebraja.

SIN FOTO / Que la cita incomodaba a los socialistas era algo sabido. Valga como ejemplo una anécdota. Según explicó una fuente del PSC, el portavoz del Govern, Francesc Homs, había convocado a los 24 participantes en la cumbre a hacerse una foto de familia previa al inicio de la reunión. El PSC se negó. A los representantes socialistas en la sala se había sumado desde el exterior, en forma de dura carta de presión, la exministra Carme Chacón. El líder le desobedeció en su exigencia de que plantase a Mas y no acudiese a la cumbre. Pero lo cierto es que, ahora mismo, Navarro está más «enfrente» que «al lado» delpresident,tal como pedía la diputada en el Congreso.

Durante la reunión, Navarro exigió sin ambages a Mas que suprimiera el Consell Assesor per a la Transició Nacional, el órgano elegido a dedo por el Govern para estudiar las distintas vías hacia la consulta y la viabilidad del Estado propio. El presidente catalán se negó a hacerlo y ofreció como contrapartida a los socialistas que este organismo amplíe su campo de visión e incorpore a sus análisis la vía federal. Pero el gesto no fue suficiente para convencer a un Navarro que sostiene que el consejo asesor «prefigura el resultado» de la consulta y dinamita la «neutralidad» del Ejecutivo.

«Ellos mismos se están cargando la legitimidad del derecho a decidir con sus fuegos artificiales», alegaba un alto dirigente del PSC minutos después de la cumbre. En el entorno de Navarro creen tener controlados los efectos secundarios que puede tener el desmarque, máxime si, como pretende el Ejecutivo catalán, en la próxima reunión se convoca también a las entidades sociales y a los sindicatos. Precisamente, la falta de gestos con estos colectivos fue lo que más enervó los ánimos de los representantes del PSC. «Es indignante que se nos diga que el derecho a decidir resolverá la crisis económica», se quejó Navarro, visiblemente irritado por la actitud, sobre todo, de algunos alcaldes invitados a la cita que evitaron reclamar a Mas el pago de las deudas municipales, cosa que hizo, por ejemplo, la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín.

LAS CONDICIONES / Aunque la decisión está prácticamente tomada, y a buen seguro podría levantar ampollas en el ala catalanista del partido -que ayer coincidió con la dirección en su crítica a Chacón-, Navarro dejó sobre la mesa sus condiciones para salvar la unidad del frente catalán proconsulta. La primera, que la comisión parlamentaria sobre el derecho a decidir que se aprobará mañana (y de la que el PSC garantiza que no se descolgará) asuma en exclusiva las riendas del proceso. La segunda, que Mas cumpla la resolución que le mandata a negociar la consulta con Mariano Rajoy, y que 104 diputados votaron a favor.

Para el Govern, sin embargo, la dureza del PSC de ayer es meramente coyuntural y responde a un nombre propio: Carme Chacón y su andanada contra el derecho a decidir, formulada públicamente en una carta a Navarro. En el Ejecutivo de Mas sostienen que la contundencia mostrada por el líder del PSC en la reunión no supone que su partido se descuelgue definitivamente del proceso.

Homs se felicitó por la presencia del PSC porque, según él, no estaba claro que acabase asistiendo a la cumbre. Aunque alconsellerde Presidència no le tembló la mano a la hora de replicar a los socialistas, al recordarles que su posición ha ido evolucionando a lo largo de la legislatura. Las referencias a Chacón, de hecho, fueron cosecha propia del portavoz del Govern.

Inasequible al desaliento, la táctica de Mas sigue siendo la del medio y largo plazo. Según fuentes del Ejecutivo, ayer se puso la semilla del pacto nacional con las entidades sociales y lo que no hará el Govern es renunciar a su programa electoral favorable al Estado propio.

DEBATE INTERNO / A partir de ahora, quienes en CiU, especialmente en Unió, consideraban esencial el concurso socialista en la aventura del derecho a decidir tendrán motivos para hacer un debate interno con sus socios convergentes sobre el grado de apoyo que está consiguiendo la hoja de ruta soberanista. Es verdad también que en el propio Govern se admitía días atrás que el encuentro de ayer no tenía otro objetivo que el de seguir trabajando en el consenso social.

Otra de las fuerzas partidarias de la consulta desde la oposición, ICV-EUiA, tampoco salió satisfecha del encuentro. Joan Herrera calificó la cita de mera propaganda para que el Govern no deba dar respuesta a la grave crisis económica y social de Catalunya. Así, reprochó al Ejecutivo que persiguiera «la foto» y que el debate identitario impregne la agenda mediática. No obstante, los ecosocialistas siguen en el frente. La CUP también abandonó el Palau denunciando con contundencia la necesidad de atender el eje social.

El socio parlamentario de CiU, Oriol Junqueras, puso el acento en el papel que tendrá la sociedad en el «camino hacia la consulta». En una discurso coincidente con el de Jordi Turull (CiU), el líder de ERC señaló que Catalunya carece de las herramientas para salir de la crisis, y que estas vendrán del proceso democrático.