LA ENCRUCIJADA SOCIALISTA

Martí cede a Collboni el timón municipal del PSC

Jordi Martí, en ruedade prensa, ayer en el ayuntamiento de BCN.

Jordi Martí, en ruedade prensa, ayer en el ayuntamiento de BCN.

JOSE RICO
BARCELONA

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Cuando en febrero del 2012 Jordi Martí recibió las riendas del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, el hombre que se las confió, el exalcalde Jordi Hereu, se deshizo en elogios hacia su sustituto al frente del grupo municipal, aunque ya le avisó de que las primarias podrían ser un punto de inflexión. Ayer, Martí finiquitó su etapa como edil admitiendo que ni una de las personas a las que comunicó su irrevocable decisión de renunciar al acta le habían solicitado que se quedase en el grupo. Entre ellos, el primer secretario de la federación, Carles Martí, y, quizá más importante a partir de ahora, el nuevo alcaldable, Jaume Collboni. «No quiero ser una piedra en el zapato», justificó para dejar a las claras la incompatibilidad de proyectos.

Con la marcha de Martí, el ganador de las primarias abiertas ha superado el principal escollo para asumir el control remoto del grupo -él no es concejal-, situando al frente a un edil de su entera confianza. Para formalizar la designación, Collboni empezó a reunirse ayer uno por uno con los 13 regidores socialistas restantes, dado que la baja de Martí no se hará efectiva hasta el 9 de mayo al tener que aceptarla el plenario. Aunque el alcaldable no quiso hablar de favoritos ayer, en todas las quinielas hay dos nombres: Assumpta Escarp y Gabriel Colomé.

Escarp, exteniente de alcalde, ha formado parte de la candidatura de Collboni, y Colomé, exdirector del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), sería el relevo natural en tanto que actual portavoz del grupo. Pero en este puzle también puede entrar en juego Carmen Andrés, quien ha enviado implícitamente a Collboni el recado de que quiere tener mayor protagonismo después de demostrar en las primarias que puede movilizar a un feudo tan fiel al socialismo como Nou Barris, derrotar a los aspirantes del sector crítico y quedarse a medio millar de votos de la victoria. No hay que descartar que, en aras de la renovación, el alcaldable quiera promocionar a una cara joven.

En su despedida, Martí recomendó a Collboni que «no dilapide» la labor realizada por el grupo en los últimos años y dio a entender que no quiere abandonar la política activa: «No tiro la toalla, la guardo en un cajón». Aseguró que quiere contribuir a lograr una mayoría de izquierdas en el ayuntamiento en el 2015 y que seguirá militando en el PSC, pese a que sus posiciones son abiertamente contrarias a la doctrina de la dirección de Pere Navarro, especialmente en el debate soberanista. Tendiéndole puente de plata, Collboni ensalzó el paso atrás de concejal.

La ejecutiva socialista aplaudió el resultado de las primarias, que han dado el triunfo al candidato más afín a sus postulados. El secretario de acción política del PSC, Antonio Balmón, auguró que Collboni aportará «nuevas propuestas y nuevas ideas para Barcelona». En la reunión de la dirección, según fuentes presentes, Navarro subrayó la apuesta «valiente» de los socialistas barceloneses por las primarias abiertas y lamentó que hayan tenido que «luchar contra los elementos», en referencia a la polémica por el voto inmigrante en la primera vuelta.

CRÍTICAS A LOS CRÍTICOS / Más críticos se mostraron, según las mismas fuentes, los dirigentes Maurici Lucena y Ferran Pedret, pero contra los tres candidatos del sector díscolo que fueron derrotados en la primera ronda: Martí, Rocío Martínez-Sampere y Laia Bonet. A su juicio, no actuaron con corrección al «desaparecer» en la última semana de campaña y no incentivar la participación. Los tres guardaron silencio tras la primera votación y rechazaron postularse a favor de Collboni o Andrés.

En la primera vuelta de las primarias participaron 7.463 personas, pero en la segunda la movilización descendió hasta los 5.534 votantes. El PSC se aferra a que el 70% de electores no tenían carnet del partido para forzar una lectura positiva.

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