¿Habrá metamorfosis con las primarias?

CARMEN ANDRÉS

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¿Qué efecto pueden tener las primarias a la alcaldía de Barcelona en las personas, en la ciudad y en el PSC? Hay opiniones para todos los gustos. Desde los que piensan que van a movilizar a poca gente por las horas bajas que sufre la política en general y el PSC en particular, hasta los que pensamos que pueden ser un revulsivo, pasando por los que afirman que se trata de la última oportunidad para el socialismo barcelonés.

Lo que está claro es que hay un nuevo elemento que puede metamorfosear la forma de entender y practicar la política. Jordi Solé Tura, del cual me enorgullece haber sido alumna, decía que era más difícil y complejo hacer una reforma que una revolución. El espíritu de la metamorfosis es mantener lo esencial e irse transformando con la realidad.

"El PSC está dispuesto a hacer cambios para regenerarse, muscularse y ser la alternativa de gobierno que nos retorne una ciudad justa donde todos podamos desarrollar nuestro proyecto vital"

¿Y qué es lo esencial que hay que mantener? Ni más ni menos que lo que ha sido, es y será el socialismo: un movimiento que intenta transformar el mundo desde la igualdad, la justicia social y la libertad ¿Grandilocuencia?... No, es socialismo. Digámoslo de otra manera, un movimiento que persigue que las personas puedan escoger su plan de vida desde la libertad y la igualdad de oportunidades haciendo una sociedad justa. En la práctica, mejorar la vida de las personas y hacer una sociedad mejor.

La última oportunidad

Las primarias del PSC de Barcelona son una nueva variable en un marco político agotado por el desgaste del sistema representativo, la corrupción y el reemplazo de la política por el dominio de los mercados.

Para los ciudadanos, las primarias pueden ser la oportunidad de dar un paso hacia la regeneración que necesita nuestro sistema democrático. Un paso para influir en la política desde la elección del perfil que considere más idóneo para encabezar la lista de un partido, el PSC, que ha entendido que renovarse pasa por renovar el sistema de elección de sus líderes.

Y este es un hecho clave: el PSC de Barcelona no está en su mejor momento, pero mantiene la convicción de que sus postulados son hoy más vigentes y necesarios que nunca. Y está dispuesto a hacer cambios para regenerarse, muscularse y ser la alternativa de gobierno que nos retorne una ciudad justa donde todos podamos desarrollar nuestro proyecto vital.

Las viejas fórmulas han caducado

El proceso que ha iniciado el PSC de Barcelona es necesario e irreversible. La metamorfosis se está produciendo y no sólo por la manera en que se va a escoger el candidato sino porque ya no serán posibles viejas formas que fueron útiles en su día, pero que hoy en día ya no lo son. Treinta años de democracia dan lugar a una sociedad madura que ya no se conforma con ser elemento pasivo y mucho menos cuando ve de qué manera la política puede determinar sus vidas. Y no se trata sólo de escuchar sino de interactuar, de comprometerse, de restaurar la coalición entre votantes y partido que ha hecho progresar esta ciudad durante 32 años.

La primera cita para entablar, restablecer en algunos casos, esa coalición puede ser la recogida de avales. Lejos de afrontarlo como un trámite, quizá un obstáculo, debiera permitir buscar y cerrar la complicidad con cada ciudadano. Recoger sus impresiones, entenderlas, incorporarlas y cerrar un primer círculo de confianza mutua a partir del cual expandir nuevos lazos y alianzas ciudadanas.

En pocos días, dispondremos del reglamento que regule el proceso que nos brinda la ocasión de transformarnos en el sentido más socialista del término. Estemos a la altura de las expectativas que genera el proceso. Los ciudadanos se lo merecen. Y no les podemos fallar.