La estrategia de los grandes partidos

Europeas, todo a una carta

Rajoy pasa junto a Rubalcaba tras un debate en el Congreso.

Rajoy pasa junto a Rubalcaba tras un debate en el Congreso.

JUAN RUIZ SIERRA / PATRICIA MARTÍN
Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El próximo 1 de marzo, Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE, viajará a Roma para participar en la cumbre del Partido Socialista Europeo como cabeza de lista a las elecciones comunitarias. Cinco días más tarde, los populares de todo el continente celebrarán una reunión similar en Dublín, a la que asistirá el PP. Pero puede que su líder, Mariano Rajoy, llegue al encuentro sin haber nombrado al candidato. Pese al desconcierto de los suyos, el presidente del Gobierno se está tomando la designación del aspirante con su tranquilidad característica. Se juega mucho en los comicios del 25 de mayo, una cita en la que los dos partidos mayoritarios repetirán una idea como si fuera un mantra. El PP, la presunta recuperación económica de España. El PSOE, que afilará sus mensajes de izquierda y enfoca las elecciones como un referendo sobre Rajoy, la pérdida de derechos.

Dice mucho del desgaste de los conservadores el que, dos años y medio después de lograr una ventaja de 16 puntos sobre los socialistas en las generales, ahora se contenten con obtener en la Eurocámara un asiento más que sus adversarios. Los socialistas también asumen que se dejarán algún escaño respecto a los comicios del 2009, cuando obtuvieron 21, dos menos que el PP. Así que de lo que se trata, reconocen en ambos partidos, es de quién, Rajoy o Alfredo Pérez Rubalcaba, sale al balcón de su sede para anunciar el triunfo en una noche electoral en la que ambos se juegan mucho. El jefe del Ejecutivo, la aprobación o el rechazo ciudadano a sus políticas. El secretario general del PSOE, cuyo liderazgo no se ha dejado de discutir desde que asumió el cargo hace poco más de dos años, su futuro inmediato. Si no logra la victoria en una contienda que ha encomendado a su mano derecha, casi todos en el partido dan por supuesto que no se presentará a las primarias de finales de noviembre. Si gana, ya se verá.

OBJETIVO, LOS FIELES / El PP sabe que muchos de los votantes que en el 2011 confiaron en Rajoy para que sacara al país de la crisis no reeditarán su apoyo, así que se volcará en los fieles. Las europeas son unas elecciones especiales, donde la participación es baja (del 44,9% en la última ocasión, 24 puntos menos que en las generales) y el votante está muy ideologizado. Para los conservadores, la necesidad de proteger su redil es ahora  mayor debido al empuje de UPD y Ciutadans, así como a la irrupción de Vox, el partido liderado por José Antonio Ortega Lara, emblema de la lucha contra el terrorismo desde que fue secuestrado por ETA durante 532 días entre 1996 y 1997.

Junto a la insistencia en que España comienza a salir del túnel, los mensajes firmes sobre la banda y la deriva independentista de Catalunya tendrán un espacio importante en sus mítines. Para tapar las vías de escape y contrarrestar la simbología de Ortega Lara y el portazo de otro referente del ala dura como Jaime Mayor Oreja a repetir como cabeza de cartel, los populares barajan que Mari Mar Blanco, hermana de Miguel Ángel, el concejal asesinado por ETA en 1997, ocupe un lugar destacado en las listas.

La candidatura del PP comienza a definirse. Según la idea más extendida en las filas del partido, la parsimonia de Rajoy en este asunto indica que el elegido será un ministro, ya que el presidente necesita tiempo para organizar un cambio en el Gobierno. Todas las miradas se dirigen a Miguel Arias Cañete. El titular de Medio Ambiente quiere ser comisario europeo, pero aceptará encabezar la lista de los populares si su líder así lo reclama.

GIRO A LA IZQUIERDA / Mientras tanto, los socialistas han recorrido el camino inverso en la designación de su candidato: fue Valenciano quien se propuso a Rubalcaba. Los retrocesos sociales, laborales y económicos sobre los que el PSOE quiere basar la campaña buscan realzar su izquierdismo, desdibujado tras la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, y activar el voto útil ante una IU que cada día le come más terreno. Observado bajo este prisma, el nombramiento de la vicesecretaria general adquiere todo su sentido.

Frente al otro favorito para encabezar la lista, el exministro Ramón Jáuregui, Valenciano tiene un perfil más combativo y dos condiciones que favorecen las aspiraciones socialistas. Es la número dos del partido y su portavoz, lo que le permitirá llegar a más antiguos votantes que observan con apatía e incluso absoluta ignorancia los próximos comicios comunitarios. Y en segundo término, es mujer y se ha volcado en la lucha contra el restrictivo anteproyecto del aborto del Gobierno, una reforma que el PSOE quiere «europeizar» al máximo.

Su mensaje será doble. Por un lado, que Rajoy representa en lo social la «derecha de la derecha» en el contexto europeo, y que en lo económico es un mero peón de la canciller alemana, Angela Merkel, cuyas recetas de austeridad a ultranza están lastrando la recuperación económica. Por otro, que los únicos capaces de cambiar el rumbo de la UE son los socialistas. De ahí que pongan tanto énfasis en que han pactado con el resto de los socialdemócratas una candidatura única, la del también alemán Martin Schulz, para presidir la Comisión Europea. Esto también representa una novedad. En el 2004, Zapatero decidió primar la cercanía geográfica sobre la ideológica y apoyó al conservador portugués José Manuel Durao Barroso.