BALANCE DE LA CAMPAÑA

Casi de guante blanco

Participación 8 Mesa electoral de las primarias del PSC en el Centre Cívic Guinardó, ayer.

Participación 8 Mesa electoral de las primarias del PSC en el Centre Cívic Guinardó, ayer.

XABIER BARRENA

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Las primeras elecciones internas en el PSC para elegir alcaldable, el duelo Hereu-Tura del 2011, se caracterizaron por ser de un absoluto guante blanco. Ambos candidatos se mordieron poco. Las primarias en curso suponen un paso más en el camino de homologar este tipo de elecciones con sus correspondientes en Estados Unidos, por ejemplo. No se definen por haber sido una guerra sin cuartel, ni mucho menos, pero sí por haber vivido algún episodio en que los bandos se han enzarzado en duras cuitas. Una especie de pérdida de la inocencia para las primarias en estos lares.

«Más allá de los resultados, nosotros hemos ganado la campaña», dice una fuente de la candidatura de Jordi Martí antes de conocerse los resultados. ¿Arrogancia? El sentimiento del equipo del actual líder municipal del PSC y principal outsider de las primarias, valga la paradoja, es que han tenido que luchar contra carros y carretas. «Hasta el último momento. El día [sábado] y el horario de votación [de 10.30 a 19 horas] están pensados para favorecer a Jaume Collboni», sentencia esta voz.

«Al principio hubo un pacto no escrito de no agresión», asevera un miembro del equipo de Collboni, «pero cuando Martí se envolvió en la bandera, con el movimiento #IndyPerMartí [etiqueta de Twitter que identificaba a los independentistas que prefieren al jefe del equipo municipal socialista como candidato del PSC en el 2015] se torció todo», sentencia.

El papel del PSC en cuanto al soberanismo y la propia opinión de cada uno de los candidatos sobre el primer secretario, Pere Navarro, ha establecido las grandes diferencias de discurso en estas primarias. Algo que, en general, ha desagradado a todas las candidaturas, excepto, precisamente, a la de Martí: «Al final, todo ha acabado en dilucidar quién es pro-Navarro y proindependencia, y las propuestas de ciudad han quedado en un segundo plano», lamenta una voz del equipo de Rocío Martínez-Sampere.

Un debate que, incluso, ha llegado a abrir un cisma entre candidatos que, supuestamente, tienen una visión no muy diferente, como Martí y Laia Bonet, ambos críticos con la dirección del PSC. «Nos ha sorprendido la línea tan rupturista de Martí, el querer vencer dinamitándolo todo», señala un portavoz de la exsecretaria de Govern en tiempos de José Montilla.

Conclusiones

Más allá de rifirrafes, ¿cabe extraer alguna conclusión del propio proceso de primarias? Si en algo coinciden las cinco candidaturas es que han tenido que dedicar «más tiempo a explicar cómo funcionan las elecciones, y quién puede votar» que no a difundir «el mensaje de la candidatura», apunta el equipo de Carmen Andrés. Eso sí, el grado de culpa o de responsabilidad que tiene la federación de Barcelona del PSC de ese desconocimiento popular varía según el candidato. El equipo de Jordi Martí ataca virulentamente a la federación, la de Collboni apunta, sobre todo, a la «falta de precedentes».

¿Y cómo han esquivado los candidatos este gran desconocimiento popular? «Hemos huido de los grandes actos mediáticos y nos hemos enfocado a fidelizar el apoyo recibido cuando recolectábamos avales y a pisar mucha calle» dice el equipo de Andrés. «De su viaje a Nueva York, donde observó las primarias demócratas y la campaña de Bill de Blasio [a la postre, alcalde de la ciudad de la gran manzanaCollboni extrajo la idea de dirigirse no tanto a personas individuales sino a colectivos, como sindicatos y asociaciones», comparte el equipo del exportavoz del PSC.

«Tal y como está de desacreditada la política, es difícil atraer a la gente», señala el portavoz de Laia Bonet, «así que nos hemos dedicado a las entidades y a ganar complicidades tanto dentro como fuera del partido». Todos coinciden: poco interés ciudadano. La asignatura pendiente.