Puig, Mas-Colell y Recoder serán los pilares del Consell Executiu

Como fina arena se le escapa entre los dedos a Artur Mas el secreto de la composición de su Govern de «los mejores». El nuevo president de la Generalitat pretendía dar a conocer a principios de la próxima semana la lista celosamente guardada de los seleccionados. Siete nombres puso sobre la mesa el pasado jueves EL PERIÓDICO. Seis llevan ya el sello de confirmados. Se trata de Irene Rigau, Joana Ortega, Lluís Recoder, Josep Maria Pelegrí, Francesc Homs y, por encima de todo, Felip Puig, mano derecha durante años de Mas en Convergència y a quien muchos situaban errónamente en el ostracismo de la política. Puig, como avanzó este diario, será el nuevo conseller de Interior, uno de los pocos departamentos en los que CiU pretende desmantelar la herencia del tripartito. A esa lista ya anticipada por EL PERIÓDICO hay que sumar un nuevo nombre confirmado casi accidentalmente por el propio Mas en los pasillos de TV-3. Es Andreu Mas-Colell, exconseller de Universitats, Investigació i Societat de la Informació en el último Govern de Jordi Pujol y, por lo tanto, compañero de trabajo codo con codo con Mas cuando este último era conseller en cap de la Generalitat.

El profesor Mas-Colell, independiente y articulista de este diario, vuelve al Govern, pero para llevar una mochila mucho más pesada de la que en el año 2003 dejó. Será el responsable de la economía y de las finanzas y de la vitalidad de las universidades catalanas. Se reordena así profundamente la estructura organizativa del tripartito. «Va en serio», se le oyó decir a Mas en los pasillos de TV-3 cuando se dirigía a una entrevista matutina con Josep Cuní. Esa confesión en voz baja propició que el resto de nombres del equipo que prepara Mas comenzaran a confirmarse a lo largo del día.

ENCARGOS DEL PRESIDENTE / Puig será uno de los hombres fuertes del Consell Executiu. Lo será por su trayectoria al lado del líder de CiU y por el carácter central del departamento que le ha sido encomendado. Tiene incluso ya encargos del president, pues nada más llegar debe derogar el código ético de los Mossos aprobado por Joan Saura, su predecesor, en el último suspiro de la legislatura, y tiene que reformular la controvertida limitación de velocidad en las carreteras de acceso a Barcelona.

Otra pieza clave de la nueva familia artúrica será Homs, parte alícuota de CiU en su día en el parto parlamentario del Estatut, que tal vez no tenga al final el título de conseller, pero que como secretario general de la Presidència será una pieza importantísima. La historia política de Convergència dice que el secretario general de la Presidència es, según y como, mucho más que un conseller.

Unió, por su parte, salvo sorpresas verá reducida su presencia en el gabinete a solo dos departamentos, pero de una masa crítica superior a la inicialmente prevista. La democristiana Ortega no será la titular de Benestar i Família (así figuraba en el primer borrador conocido del organigrama), sino que ha ascendido a responsable de Governació i Relacions Institucionals.

Su compañero de partido Pelegrí reunirá en una misma cartera la agricultura, la ganadería, la pesca y el patrimonio natural catalán a preservar, pero no las políticas de medio ambiente, que bajo el epígrafe de sostenibilidad serán responsabilidad de Recorder en el departamento de Política Territorial i Obres Públicas. De él dependerá tambien la política de vivienda.

CUATRO INCÓGNITAS / Rigau será la consellera de Educació (ya ejerció el jueves al anunciar la marcha atrás en la también controvertida semana blanca escolar) y Josep Lluís Cleries será el encargado de Benestar i Família.

Quedan, por lo tanto, cuatro incógnitas por despejar. Cultura, Justícia, Sanitat y otro departamento que provisionalmente ha sido bautizado como Empresa i Ocupació. En tres de ellos Mas situará a independientes.

Por último, Mas se llevará al Palau de la Generalitat a otro estrecho colaborador. Es Germà Gordó. Será el nuevo secretario del Govern.