Ideas

El padre de los pulseras rojas

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 450. Ayer perdí a mi padre. Nunca le había dedicado un artículo, jamás hablaba de él en entrevistas  y ni tan siquiera le retrataba en mis series. Leo, mi alter ego de Polseres vermelles, tenía un padre ausente y una madre que murió cuando él era pequeño. Yo, en cambio, tuve la gran suerte de tener un padre y una madre que invirtieron 10 años de su vida en cuidarme día tras día en todos aquellos hospitales y me enseñaron a tomármelo con felicidad.

Su lucha me la guardé para mí, ya que un psicólogo me dijo que me tenía que guardar cosas importantes de mi vida en el hospital y jamás contarlas en la serie. La lucha de mis padres fue uno de esos tesoros que guardé.

Hoy os quiero contar que sin ellos jamás habría salido adelante. Además, mi padre fue el primero que contó esa historia: escribió 10 libretas enteras cuando yo estaba enfermo donde relataba lo que me pasaba cada día… Mis progresos y mis derrotas las contaba de una manera épica. Para mí, él siempre fue el padre de los pulseras rojas, mi gran inspiración.

Y os quería contar algo de lo que hacíamos en el hospital, pero antes os dejo con sus canciones de su vida.

Tercer puesto: General. Este tema de Patxi Andión sonaba siempre en el coche y tardé años en encontrarlo. Rezuma parte de su energía.

Segundo lugar: Hasta siempre, comandante. Este tema me lo mostró una madrugada cuando tenía 14 años y ya no ha dejado de oler a él.

Primera posición: Esos locos bajitos. Siempre Serrat en su vida y en su alma.

Y lo último que os quería contar era un código que teníamos. Cuando yo estaba en el hospital, él siempre venía cada noche a cuidarme y tocaba el claxon cuando llegaba. Tres toques cortos de claxon que en nuestro código significaba: «No tires la toalla, sonríe y lucha».

Sonaban esos claxons y yo sonreía. Hoy desde esta columna te recuerdo y pienso que debería estar prohibido que muera tu padre… ¡Feliz domingo, allá donde estés!