Largo plazo

Los juguetes padecen la inflación china

OLGA GRAU

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Esta semana he leído una noticia inquietante para las compras de Reyes: el 75% de los juguetes han subido el precio este año, según un estudio hecho por Facua-Consumidores en Acción en seis grandes superficies sobre 140 juguetes de una treintena de fabricantes. ¿Cómo se encarecen los juguetes, si estamos en plena crisis y los fabricantes deberían bajar los precios para vender más aun a costa de reducir sus márgenes?

En otra noticia, llegada de China, encontré la respuesta. El gigante asiático acaba de subir los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 5,81%. El objetivo de la medida es contener la inflación doméstica, que en noviembre llegó al 5,1%, el nivel más alto desde hace 28 meses. La cifra no es nada despreciable si tenemos en cuenta que en EEUU los tipos de interés están a cero para reactivar el consumo. De hecho, este es el segundo aumento de los tipos de interés que lleva a cabo China en pocos meses. El anuncio, por lejano y exótico, podría pasar desapercibido. Si no fuera porque casi el 100% de los juguetes que consumimos en Europa están fabricados en China. Concretamente, en el sur del país, en la provincia de Guangzhu.

Las plantas de producción de las multinacionales jugueteras se trasladaron hace 10 años de forma paulatina al país asiático atraídas por sus bajos costes. En el sur, a pocas horas en tren de Hong Kong, se crearon ciudades dormitorio gigantescas. En las fábricas existen edificios para alojar a los hombres, a las mujeres y a los matrimonios con hijos. Como se hace vida en la factoría, tienen pista de juegos e incluso zona de baile para los días festivos.

El país, que vive su particular desarrollo de economía comunista de libre mercado, empieza a experimentar las tensiones propias del crecimiento. El gran consumo de materias primas está elevando los precios de los productos finales. Además, los salarios también crecen porque la inversión extranjera ha generado un alto índice de rotación de mano de obra. El tema de los juguetes no es aislado. Lo mismo que se repercuten las subidas en las muñecas y los cochecitos también se trasladan al textil, a los muebles y a otros productos. China se ha convertido en la fábrica del mundo y el calentamiento de su economía es una preocupación muy seria para Occidente.

Las multinacionales han diseñado su estructura de costes en función de unos salarios y unas materias primas que empiezan a evolucionar al alza. La inflación es un peligro para cualquier economía, pero aún más para una en la que una gran parte de la población sobrevive con una renta per cápita por debajo del umbral de la pobreza. El Gobierno chino seguirá subiendo los tipos de interés para frenar un consumo que se desboca a pesar de que el país no celebra los Reyes ni la Navidad.