El cuerno del cruasán

Japón, temblores, estupor

JORDI Puntí

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El viernes por la tarde salí a pasear. Sería casualidad, pero en menos de una hora, y en sitios diferentes, vi tres palomas muertas. No eran palomas aplastadas por un coche, un amasijo asqueroso de sangre y plumas, sino que estaban panza arriba y con las alas cerradas. Era tan raro que me recordó a esos pájaros que hace unas semanas, en Estados Unidos, caían del cielo, desorientados por no se sabe qué. ¿Y si las palomas hubieran muerto por efecto del terremoto? Demasiado lejos, claro, demasiado improbable. A lo largo del día había pasado algunas horas frente al televisor, viendo las novedades del tsunami en Japón. Como mucha gente, contemplé alucinado la fuerza destructora del agua, la ola gigante que arrastraba coches, barcos, casas, árboles y lo convertía todo en una torrentada negra.

El sábado llovió todo el día. Las noticias hablaban de los muertos en Japón, una cifra que no paraba de crecer. Yo miraba por la ventana y veía las calles desiertas de Barcelona, el cielo oscuro, la lluvia persistente. Era ingenuo pensarlo así, pero el mundo tenía un aire apocalíptico, como deBlade Runner. Los medios contaban que Japón es un país muy preparado contra los terremotos y nos enseñaban gráficos sobre la prodigiosa construcción de edificios. Con un 8.9 de magnitud, ¿qué nos habría ocurrido a nosotros? En cualquier otro país, habría sido mucho peor. Luego a media mañana estallaba uno de los reactores de la central nuclear. Un científico dijo que no había de qué preocuparse: si el humo era blanco, se trataba solo de una explosión de hidrógeno. Sin embargo, el Gobierno japonés admitía que había una pequeña fuga radioactiva.

Una vez más, el terremoto y el tsunami han puesto en evidencia los límites de la capacidad humana. A veces los avances técnicos no son suficientes, y estamos hechos de miedos y recelos. En casos así, las compañías de seguros se acogen a un término legal que les libra de responsabilidades. Los norteamericanos lo llamanact od God(acto de Dios) y aquí se utiliza fuerza mayor, que como mínimo no nos hace sentir a merced del Todopoderoso. Ayer domingo salió el sol y vimos más imágenes de devastación. El antes y el después. Un segundo reactor nuclear, decían, amenazaba con estallar. Entretanto,Putinen Rusia yMerkelen Alemania ordenaban que se revisara la seguridad de sus centrales nucleares. No es que esperen un terremoto inmediato, solo era para que los ciudadanos estén tranquilos. Aquí, ni eso.