Al contrataque

Basura

JORDI ÉVOLE

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El líder de la patronal valenciana y vicepresidente de la CEOE, José Vicente González, ha realizado unas declaraciones muy sensatas. Ha manifestado que no se puede hablar de empleos basura ni de salarios basura, porque no nos podemos poner exquisitos. Pues claro que no nos podemos poner exquisitos. A ver si lo pillamos ya de una vez: que no hay empleos basura, señores, ya que, como es obvio, todos los empleos y salarios son dignísimos, cosa que no pasa con los trabajadores, que son basura. ¿Tan difícil es entender que la basura no son los empleos, sino los currantes? No será por falta de información, porque los empresarios no paran de decírnoslo constantemente, y con mucho cariño. Sin ir más lejos, hace poco la presidenta del Círculo de Empresarios pidió sueldos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional para quienes no valgan para nada. O sea, basura, porque la basura es eso que, en principio, es inútil. Pero no siempre, que para eso está el reciclaje: pueden usarlos como fertilizante para que crezcan los beneficios empresariales. Ya sé que no todos los empresarios ganan dinero pero, curiosamente, muchos de los que alzan la voz no viven precisamente en la miseria. No olvidemos a Díaz Ferrán, encarcelado por delitos económicos y expresidente de la CEOE, quien, para acabar con la crisis, recomendó trabajar más y cobrar menos.

Cuando dicen que sería buenísimo que el trabajador cobrara menos, ¿lo dicen por experiencia? Seguro. Fijo que, para evitar recortes, todos esos empresarios que ganan pasta se han ajustado el sueldo. Por eso, seguro que es falso este titular que leí el mes pasado: "Las empresas del Ibex recortan un 9% sus plantillas y aumentan un 3,5% los sueldos de sus altos directivos".

Volver para atrás

¡Mentira! En España no pasan estas cosas. Las empresas del Ibex tienen una enorme sensibilidad, como la del empresario italiano Enzo Rossi, que ha decidido bajarse su sueldo. Según Rossi, "volvemos al siglo XIX. Tras lograr que la vida del trabajador creciera y la diferencia con las otras clases sociales fuera disminuyendo, ahora volvemos atrás, y esto hay que remediarlo". Y para aportar su grano de arena, Enzo decidió cobrar lo mismo que sus trabajadores. Y enseguida se dio cuenta de lo que vale un peine, y también el gas, el agua, el seguro del coche... Y no llegó a final de mes: el día 20 ya no tenía un céntimo. Llegó a esta conclusión: "Eso significa que en un año entero habría estado sin dinero durante 120 días. Eso no es solo pobreza, sino también desesperación". Entonces, Rossi tomó otra decisión: subió el sueldo a su personal. "La empresa ha tenido beneficios y no es justo que solo los disfrute yo", indicó este caballero, que me recuerda muchísimo a los mandatarios de la CEOE, del Círculo de Empresarios y a los empresarios del Ibex.