Gente corriente

Núria Comas: "A mí lo de cantar con 400 personas me transporta"

Cantante de coral. Es psicopedagoga, canta en su tiempo libre y cada diciembre su voz resuena en el Palau. Ocurrió ayer; y ocurrirá hoy.

Núria Comas

Núria Comas

MAURICIO BERNAL

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A Núria, de pequeña, la solían dejar en casa de su tía, en Badalona, de donde es toda la familia, y su tía, que enseñaba música, para distraerla, hacía lo que mejor sabía: darle clases.

-Un personaje clave.

-El personaje clave, diría yo. Aunque mi madre era muy aficionada a la música, yo creo que las tardes con mi tía fueron definitivas. Fíjese: a los 8 años empecé la carrera de piano y a nadie se le pasó por la cabeza que no tuviera que ser así. Era lo natural.

La carrera de piano la hizo Núria en el conservatorio del Liceu. Empezó a los 8 y lo dejó a los 17 años. Sí: lo dejó. Pero antes, cuando tenía 15, había probado otra cosa: el canto coral.

-Apasionada. De la música.

-Sí, pero entré en la universidad y tuve que dejar ambas cosas. No solo por los estudios, sino también porque empecé a trabajar. En resumen: no me quedaba tiempo. Y estuve mucho tiempo apartada de la música.

Núria estudió Pedagogía Terapéutica y se convirtió en psicopedagoga. Sí: nada más ajeno a la música. Terminó la carrera, pasó por varios trabajos (nada definitivo) y al cabo de unos años se incorporó a los Equipos de Asesoramiento Pedagógico de la Generalitat. Y esto sí era definitivo.

-¿A qué se dedica exactamente?

-Lo que hago, lo que hacemos, quiero decir, mis colegas y yo... Para no extenderme: asesorar a los colegios sobre los niños con problemas.

-Y cantar cada año en el Palau.

-Bueno, pues... Pues sí.

El Palau de la Música: allí, cada año desde hace 14, o lo que es igual, desde que tenía 42, Núria tiene un lugar entre los 400 o 500 cantantes aficionados que la Fundació La Caixa reúne para los conocidos como conciertos participativos, llamados así porque juntan a profesionales y amateurs. Allí; en el coro; una voz entre el gentío; una contralto; Núria, la psicopedagoga de Badalona.

-¿Un coro de 400? ¿O de 500? Será emocionante, ¿no?

-Esa es una de las razones por las que me gusta hacerlo: porque no es fácil tener ocasión de cantar con 400 personas a tu lado. Y, claro, cuando puedes hacerlo tienes una sensación especial... Yo casi me transporto un poco. Y además, El Mesías, una obra de ese calibre. En una coral somos 30 o 40, y jamás cantamos El Mesías completo, si acaso el Aleluya.

-¿Cómo llegó ahí?

-Pues mire, he estado en 14 de las 15 ediciones, y eso porque de la primera no me enteré. En el 97... Sí: ese año escuché por la radio que hacían esto y me presenté. Llenas un formulario, pasas una prueba y ya está. Claro... yo es que había vuelto a cantar.

-Cuénteme.

-En total estuve alejada de la música de los 17 a los 35 años. Pero entonces, en uno de los colegios con los que trabajábamos, conocí a un profesor que además de enseñar dirigía un coro, el coro del centro cultural de Montgat. Y allí volví a cantar.

-¿Lo echaba de menos?

-Sí, supongo que sí. Y quería hacer algo que no fuera trabajar.

-Explíqueme cómo es la vida de una cantante aficionada de coro. ¿Se queda siempre en la misma coral, cambia, se apunta a varias...?

-No, no, he estado en varias. También he cantado en el coro de la Unió Excursionista de Catalunya... Porque, por cierto, esa es otra afición mía, caminar... Y luego en la Coral Mont Tàber, que es la del Centre Excursonista de Catalunya. Luego estuve en la Coral SOM, de Barcelona, y finalmente en el Orfeó La Lira, de Sant Andreu, que es donde canto ahora.

-Siempre contralto.

-Siempre, y muy orgullosa de serlo. Lo digo porque hay muchas contraltos con ganas de ser sopranos, pero yo estoy muy a gusto con mi timbre de voz. Además que es mi timbre de voz, punto, no le doy más vueltas.

-Supongo que cantan en bodas...

-Sí, en bodas, entierros... Bueno, en entierros muy poco, la verdad, casi siempre las funerarias tienen sus propios coros. La Navidad, de hecho, es la mejor época para los coros, nos llaman de iglesias, de centros cívicos, hogares de la tercera edad...

-Bueno, pues mucha suerte en el Palau. ¿Está emocionada?

-Sí... Como ya le dije, es un concierto especial. Pero hay algo que no le dije, otra razón por la que me gusta mucho participar, y es que cada año cantamos con una orquesta distinta. Una orquesta profesional, quiero decir. Este año... creo... a ver, déjeme que recuerde. ¡Sí! The English Concert, se llama. Bueno, pues para alguien que canta en una coral de barrio está muy bien. Es una experiencia, digamos. Es muy bonito.