primera jornada de la teatralogía wagnerIANA

Una valquiria muy movida

La amenaza de huelga en el Liceu ha tenido en vilo al elenco hasta ayer

El tenor Klaus Florian Vogt y la soprano Anja Kampe, ayer, en el ensayo del primer acto de 'La valquiria'.

El tenor Klaus Florian Vogt y la soprano Anja Kampe, ayer, en el ensayo del primer acto de 'La valquiria'.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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La tensión interna de la obra de Richard Wagner La valquiria ha marcado también la preparación de la primera jornada de la tetralogía debido a una amenaza de huelga prevista a partir del lunes, día del estreno. Ayer el comité de empresa la desconvocó y el alivio permitió realizar el ensayo previo al general con más tranquilidad.

La huelga prevista entre las 19.00 y las 20.00 horas hubiera obligado a suspender las nueve funciones de un montaje que tiene el 88% del aforo vendido. «El comité se ha comprometido a no ir a la huelga hasta el final de la temporada», informaron fuentes del Liceu. Eso no garantiza, sin embargo, que se vea afectada la inauguración de la próxima temporada de no llegar a un acuerdo en la negociación del convenio y otros temas.

Roger Guasch, director general nombrado hace menos de un año, exige flexibilidad, reducción de la estructura y de los costes laborales   para cumplir el Plan Estratégico y de Viabilidad  que ha diseñado. Esta semana las administraciones que sostienen el Gran Teatre (Ministerio de Cultura, Generalitat, Ayuntamiento y Diputación) han aprobado la ayuda prevista de 11 millones de euros para rehabilitar los fondos propios del Liceu, que tiene un déficit de 17 millones. El resto, unos cinco millones y medio de euros, deberán ser asumido por el Gran Teatre.

El magnífico reparto de La valquiria está plagado de grandes voces wagnerianas en los dos repartos previstos que cantarán bajo la batuta de Josep Pons. Klaus Florian Vogt, Eric Halvarson, Anja Kampe, Eva Maria Westbroek, entre otros, protagonizan el moderno montaje de Robert Carsen. La soprano Irene Theorin debuta en el Liceu como Brunilda, la valquiria del título, tras su éxito como Isolda en concierto con motivo del Festival Bayreuth hace dos temporadas. «Carsen ha sido fiel a la historia solo que le ha dado un nuevo giro», dice la cantante sueca, que continuará defendiendo el rol en las próximas jornadas. En ésta descubre que las emociones humanas son más fuertes que la ley divina de su padre Wotan, al cual desobedecerá. Será castigada por ello a perder su inmortalidad y ser expulsada del Walhala, el palacio de los Dioses que Carsen identifica con los pocos privilegiados de este mundo. «La valquiria es la obra más directa, la más clara y la más emocional de todo el ciclo», dijo el director canadiense. El mensaje del compositor y libretista sigue plenamente vigente: «Wagner muestra la capacidad destructiva del poder». Respecto a la carga ecológica, añadió: «Desde que empecé el El anillo del nibelungo hace 15 años la situación ha ido a peor. Por eso la naturaleza desaparece de escena».

Su apuesta artística no es de las que más perjudica a los cantantes pero «está al límite», dijo ayer Albert Dohmen, el Wotan del primer reparto. El experimentado bajo-barítono se quejó de que las escenografías demasiado abiertas «más preocupadas por la iluminación», no tienen en cuenta la importancia de una buena caja escénica. Ello obliga a los cantantes a triplicar sus esfuerzos para proyectar su voz y superar a la orquesta, algo de por sí ya complicado con Wagner cuya obra es un auténtico tour de force. «Para mí lo más importante de una ópera es contar una historia y no esas provocaciones inútiles de directores de escena para llenar su ego», destacó. Aclaró, sin embargo, que no es el caso de Carsen: «Él tiene un gran respeto por la música».