El festival de cine fantástico de Catalunya

Sitges se rinde a la magia de Carax

Su fantasía poética 'Holy Motors' arrasa y conquista cuatro premios

JULIÁN GARCÍA / Sitges

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Poner en duda que 'Holy Motors' ha sido la mejor película de esta 45ª edición del Festival de Sitges es como poner en duda que Leo Messi es el mejor jugador del planeta. La monumental fantasía poética servida por el director francés Léos Carax se llevó los grandes premios del certamen con la superioridad de los simplemente inalcanzables: mejor película y director, premio de la crítica y Méliès de Plata. Un póquer mágico ante el que solo caben la claudicación y la reverencia, y que debería restañar, de algún modo, el doloroso ninguneo que el filme sufrió en Cannes, donde se fue de vacío.

"Holy Motors' competía en otra liga", admitió el director y miembro del jurado Nacho Cerdá. Nada que alegar porque, en verdad, 'Holy Motors' es una película única: imaginativa, hipnótica, casi demente, pero al mismo tiempo llena de vida, emoción y, por qué no decirlo, diversión; un extraño lamento sobre la identidad humana; un arriesgado ejercicio metalingüístico sobre el cine... Estaríamos hasta pasado mañana intentado desentrañar sus líquidos misterios y múltiples identidades. "Es una película rompedora sin nada que ver con el resto. Nos entró por la vía emocional. Era la más lógica para ganar el gran premio", explicó Cerdà con sobria contundencia. Es lo que hay, nos vino a decir.

PREMIOS BIEN RECIBIDOS

PREMIOS BIEN RECIBIDOSPese a haber despertado reacciones muy polarizadas tras su proyección, el triunfo de 'Holy Motors' fue recibido con una sonora ovación en la lectura de los premios. En general, fueron bastante bien acogidas todas las decisiones del jurado, formado por el citado Cerdá, los también directores Judith Colell, Lamberto Bava y William Lustig, y la actriz Denise Crosby. La única división (leve) de opiniones se la llevó el premio especial del jurado para 'Chained', el escabroso 'thriller' de Jennifer Lynch que había pasado por el concurso sin levantar demasiadas pasiones. El filme de la encantadora hija de David Lynch se adjudicó un segundo premio grande: el de mejor actor para Vincent D'Onofrio por su interpretación de un espeluznante 'psychokiller'. También dos galardones (estos del todo indiscutibles) se llevó 'Sightseers', la gran comedia negra de Ben Wheatley: el de mejor guión (una colección de viñetas hilarantes) y el de mejor actriz (insuperable Alice Lowe, también una de las firmas en el guión junto con Steve Oram).

Nada que objetar tampoco a los premios técnicos: el de los mejores especiales fue para 'The viral factor', espectacular 'blockbuster' surcoreano dirigido por Dante Lam. Y el de la mejor fotografía fue para 'Headshot', intenso y estilizado 'thriller neo-noir' del tailandés Pen-ek Ratanaruang.

El siempre revelador Gran Premio del Público, patrocinado por EL PERIÓDICO, recayó en 'Un amigo para Frank', comedia dramática crepuscular dirigida por Jake Schreier y protagonizada por un enorme Frank Langella. El jurado de la crítica (integrado, entre otros, por nuestro colaborador Juan Manuel Freire) también se rindió a 'Holy Motors', a quien otorgó el Premio José Luis Guarner, pero también hizo una mención especial al soberbio experimento 'Berberian Sound Studio', de Peter Strickland, y premió con el Citizen Kane al mejor director novel a Brandon Cronenberg por su estilizada distopía 'Antiviral'.

GRAN BALANCE FINAL

La 45ª edición del festival echa el cierre con un balance harto positivo, según declaró ayer su director, Ángel Sala. "Hemos aumentado la recaudación un 3% con respecto al 2011", explicó el director. "Me encanta ver al público tan feliz, disfrutando del cine en pantalla grande", resumió con cierta emoción.