APARECE EL PRIMER TOMO DE LA OBRA, DIRIGIDA POR ÀLEX BROCH

Revisar la literatura catalana

La portada del primer volumen.

La portada del primer volumen.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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El reto de describir con detalle enciclopédico la historia de la literatura catalana ha sido emprendido en tres ocasiones. La primera por Jordi Rubió i Balaguer (publicada entre 1949 y 1984) y la segunda por Martí de Riquer, Antoni Comas y Joaquim Molas (1964-1988). La tercera, que recoge los últimos 30 años de producción literaria normalizada, hasta el año 2010, y de expansión de los estudios filológicos en las universidades, empieza a dar sus primeros pasos, dirigida por el crítico Àlex Broch, con Lola Badia, Josep Solervicens, Josep M. Domingo, Enric Cassany, el fallecido Jordi Castellanos, Jordi Marrugat y el propio Broch al frente de los ocho volúmenes de que constará.

No parecen buenos tiempos para empresas de este tipo. De hecho, el proyecto se puso en marcha en el 2007 desde Enciclopèdia Catalana con la intención de que se convirtiese en la clásica gran obra de venta a crédito, y los tiempos han obligado a replantearla: ha pasado a ser editada por Enciclopèdia, Barcino y el Ayuntamiento de Barcelona, reconvertida en ocho volúmenes que aparecerán a lo largo de cuatro años sin dispendios gráficos, a menos de 40 euros y de venta en librerías.

«La historia de la literatura catalana ha cambiado, y todo el mundo sabe que ha cambiado»,sostiene el profesor Ramon Pla; aunque estos nuevas interpretaciones, nuevos textos y nuevas definiciones de sus periodos estén recogidos en multitud de monografías pero aún no, hasta ahora, en una historia general, y no siempre en los manuales escolares. «Es una obra colectiva en todos los sentidos. Por el número de autores que participan, unos 70, y por recoger la bibliografía de las dos últimas generaciones de estudiosos», explica Àlex Broch.

Renovación

¿Pero más allá de lo más evidente, de incluir los autores que vinieron después de los Gimferrer, Moix, Monzó y Roig que cerraban la historia de Molas, cuáles son estos cambios? En la panorámica general, romper con el esquema casi teológico de nacimiento, plenitud, muerte y resurrección y de los conceptos deDecadència-Renaixença, para estudiar como tales la producción en catalán en el renacimiento, el barroco y el neoclasicismo. Lo que no significa hacer pasar por lo que no son a autores menores, pero tampoco ignorarlos.«Llenan el tejido histórico que explica a los grandes nombres»,apunta el director de la obra.

Solo en el primer volumen, la figura del trobador, el papel de la lengua occitana, la importancia de las traducciones, los planteamientos de Lola Badia sobre la obra intelectual de Llull y los de Aguilar, Cingolani, Renedo y Pujol sobre las grandes crónicas (la autoría, la voz narrativa...) suponen una renovación clara (¡han pasado 50 años!) sobre la obra, por ejemplo de Riquer. Y yendo al otro extremo, en el último volumen, avanza Broch, se reivindicará el papel del teatro como literatura de resistencia en los años 70 y el del memorialismo en los últimos años. Y se cuestionará que el posmodernismo, a diferencia del resto de Europa y EEUU, sea una corriente viva antes del desencanto ideológico de los años 80.«Se trata de homologar y homogeneizar la historia de la literatura catalana respecto a la literatura occidental, pero sin olvidar sus especificidades»,concluye Broch.