El cine español despide a una de sus musas: Emma Cohen

Emma Cohen, en una imagen del año 2011.

Emma Cohen, en una imagen del año 2011. / periodico

Olga Pereda

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Actriz, directora y escritora, Emma Cohen (Barcelona, 1946) era una mujer culta, libre, talentosa y comprometida que prefirió el mundo de la cultura al del Derecho. Hija de abogados (su padre ejerció de alférez provisional), la que fuera musa del cine español abandonó la universidad y se zambulló en el teatro, el cine y los libros. La viuda de Fernando Fernán-Gómez, con quien escribió 'Las bicicletas son para el verano' ("una lección de vida y no de historia"), ha muerto en su casa de Algete (Madrid), un chalet enorme lleno de libros en mitad de una parcela en la que crecía hierbabuena, aromática planta que la pareja interpretó, en su día, como una señal para comprar la vivienda y ubicar aquí su guarida. Emmanuela Beltrán Rahola tenía 69 años y llevaba varios meses luchando contra un cáncer del que pocos sabían. Será enterrada en la más absoluta intimidad. 

SU PADRE LE PIDIÓ CAMBIAR EL APELLIDO

Emma Cohen se cambió el apellido cuando su padre, enfadado después de que su hija abandonara Derecho, así se lo sugirió. El progenitor no quería que llevara el nombre de la familia. Emma, que se sentía como una marciana en el mundo burgués en el que había nacido, se lo cambió tres veces y, al final, optó por el de un antepasado suyo que fue expulsado de España. En su último año de Derecho, además de ir a todas las manifestaciones políticas que podía, se apuntó a un grupo que se recorría el país para hacer teatro popular. España se le quedó pequeña y viajó a París para vivir el Mayo del 68, donde fue detenida por la policía. Su madre fue a buscarla. "Si no vuelves me muero", la amenazó. Y Emma volvió. Pero cambió su ciudad natal por Madrid.

Emma Cohen, que se pateó los teatros de la mano de Adolfo Marsillach y Mario Gas, entre otros, era una "preciosidad rebosante de talento" que ejerció de "ángel salvador" en varios rodajes muy duros. Así la define Alfredo Landa en 'Vida de un cómico', las memorias en las que el fallecido actor -que trabajó varias veces con ella- admiraba la paciencia que su compañera tenía con Fernando Fernán-Gómez, un hombre "encantador e inteligente que al tercer whisky se volvía hosco, agresivo y despótico, con unos ataques de cólera absolutamente imprevisibles".

FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ

Cohen y Fernán-Gómez se conocieron en 1970, en el rodaje de 'Pierna creciente, falda menguante', y se convirtieron en "amigos, compañeros, camaradas y de todo". La actriz nunca ha ocultado que una década más tarde, la pareja se tomó un año sabático para hacer lo que cada uno quisiera. Fue ahí cuando la protagonista de 'El conde Drácula', 'Aborto criminal' (su película más "infame") y 'Las petroleras' mantuvo una estrecha relación con Juan Benet.

Fernán-Gómez, que contó con su pareja para películas como 'Bruja más que bruja' (que ahora vuelve a los cines con motivo de su 40 aniversario) o 'El viaje a ninguna parte', y Emma Cohen se casaron en el 2000, después de que rl actor y director fuera ingresado de urgencia. Murió siete años más tarde y hasta el fin de sus días estuvo cuidado, atendido, mimado y querido por la que muchos recordarán cómo la entrañable gallina Caponata de 'Barrio Sésamo'.

COMIDA Y LIBROS EN EL 15-M

Cohen, autora de la novela 'Un vago resplandor', vio emocionada en el 2011 cómo la Cadena Ser convertía en teatro radiofónico 'Las bicicletas son para el verano'. Convencida de que España debería pedir perdón para dejar claro que el golpe de Estado del 36 fue una "ilegalidad contra todos los ciudadanos de este país", Cohen siguió de cerca el movimiento 15-M. Incluso se acercó a la Puerta del Sol apara llevar comida y libros. Entre otros, 'Las bicicletas son para el verano' y otro libro suyo sobre el Mayo del 68. La musa del cine español estaba convencida de que el 15-M era más serio de lo que muchos intentaban vender. Un movimiento que, en su opinión, era fruto del espíritu "libertario, anarquista y solidario" de los españoles. Así lo explicó en una entrevista con este diario, en la que contaba cómo su abuelo (el "rojo", porque tenía otro "azul") "aullaba y se cagaba en todo" cada 18 de julio.