CRÓNICA

Un mercader muy moderno

Una excesiva actualización lastra un montaje en el que brilla Ramon Madaula

Shylock (Madaula) y Antonio (Casanovas), en 'El mercader de Venecia'.

Shylock (Madaula) y Antonio (Casanovas), en 'El mercader de Venecia'.

JOSÉ CARLOS SORRIBES
BARCELONA

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Shakespeare en Wall Street. De la Venecia del XVI al Nueva York del XXI. Con ese gancho ha llegado la versión de Rafel Duran deEl mercader de Venecia, una de las apuestas de la Sala Gran del TNC. Y con la cara de Ramon Madaula, otro anzuelo, como reclamo publicitario. Pues bien, Wall Street, sí, pero de forma colateral. Y con Madaula de cabeza de cartel pero en una obra coral. Shakespeare da igual vuelo a los personajes de Antonio (Àlex Casanovas), Bassanio (Roger Coma) y Porcia (Anna Ycolbazeta) que al prestamista judío. Cierto es que Shylock ha quedado como uno de los tipos más icónicos del Bardo, uno de sus grandes malos.

La versión de Duran es respetuosa con esta gran historia de usura, amor, odio, venganza e intolerancia. Pero peca de exceso en esa actualización, que hoy parece inexcusable, cuando alguien se acerca a un clásico. Hasta el punto de que ya empiezan a ser cansinamente obvias algunas alusiones a la actualidad. Por ejemplo, la obra se abre con un vídeo en el que hay pancartas deProu retalladeso la careta de Anonymous. Una máscara que se ve estos días también en elQuittde Pasqual en el Lliure.

Es sobre todo en su primera parte cuando se corre el riesgo de que el bosque no deje ver el árbol, es decir el texto de Shakespeare, entre trajes a lo Armani,modernos patinetes Segway, móviles, la aparición de Porcia y sus amigas a loSexo en Nueva York, el hip-hop callejero del criado Lancelot o el formato de programa televisión -realityo concurso- para que Porcia escoja a su amante.

No pasa así en la segunda cuando el juicio tiene el realce preciso, aunque una fiesta de criados suponga una vuelta a las andadas con Amy Winehouse como forzadainvitada. DeEl mercader de Venecia queda sobre todo la huella de un gran Madaula en una composición con un registro atemporal que parece distinto al del resto del reparto, más marcado por la vocación actualizadora. Da siempre el tono, vocal y físico, acorde con el auge y caída del judío. Casanovas, Ycolbazeta y Coma, mientras, le siguen de cerca en el reparto de méritos entre un amplio elenco.